El periodismo atraviesa una profunda crisis. Así lo pone de manifiesto el último informe que ha hecho público la Federación Internacional de Periodistas con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos. La libertad de prensa sigue amenazada en muchas regiones del mundo.
Así lo demuestran las dos listas que se han publicado en las que se recogen que 45 periodistas han sido asesinados en lo que llevamos de 2021 y 365 siguen en prisión. Se amplía el número respecto al año pasado cuando eran 235 los profesionales encarcelados
China (102), Turquía (34), Bielorrusia (29), Eritrea (29), Egipto (27), Vietnam (21), Myanmar (18), Rusia (12), Azerbaiyán y Yemen (11), Camboya (10) e Irán (9) son los mayores carceleros de periodistas.
Asia encabeza la lista regional de la FIP con 162 periodistas en prisión, seguida de Europa (87), Oriente Medio y Mundo Árabe (65), África (49) y América (2).La represión y las detenciones masivas de profesionales de los medios de comunicación en regímenes autoritarios como Myanmar, Bielorrusia, Azerbaiyán y Hong Kong explican el creciente número de compañeros/as que se encuentran actualmente entre rejas.
Asia, la región más peligrosa
La lista de la FIP de periodistas y personal de los medios de comunicación asesinados en lo que va de 2021 se ha reducido con respecto al año pasado, con 45 asesinatos registrados frente a los 65 de 2020. Aunque este descenso es una buena noticia, la violencia contra periodistas sigue cobrándose la vida de periodistas en países como Afganistán (9), México (8) e India (4) y Pakistán (3).
Una vez más, Asia encabeza la lista como la región más peligrosa para ejercer el periodismo con 20 asesinatos, por delante de América (9), África (8), Europa (6) y Oriente Medio y el Mundo Árabe con una muerte.
Estas no son las únicas violaciones del derecho de los periodistas a ejercer su profesión con seguridad e independencia. La FIP ha denunciado la nueva forma de vigilancia masiva de los periodistas a través del software Pegasus, un programa de espionaje muy avanzado que se utiliza para interferir en las comunicaciones de miles de personas, incluidas las de los/as periodistas.
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