Los movimientos y el modo de actuación de José Miguel Contreras son bien conocidos en el sector. Pero no por ello dejan de sorprender. Y es que la otra parte integrante del dúo de ‘Los Migueles’ -junto a su inseparable Miguel Barroso-, los Del Río de la Comunicación, siempre con un pie en lo público y otro en lo privado, no se cortó un pelo a la hora de “analizar” la salida de Iván Redondo de La Moncloa.
Hasta ahí, nada extraño. Salvo que Contreras tuvo un papel decisivo en los acontecimientos que acabaron desembocando en que Redondo dejara su despacho en Semillas. Eso, claro, no apareció en el artículo que le dedicó a la remodelación del Gobierno realizada por Pedro Sánchez, en la que tanto Barroso como él tuvieron mucho qué decir. Hasta el punto de haber participado en una cena con Redondo, por encargo de Pedro Sánchez, para ofrecerle a aquél la salida que consideraba oportuna el jefe del Ejecutivo, asesorado por Barroso y Contreras.
De hecho, el propio artículo apareció, al típico estilo Contreras, en un digital bajo su control, ‘Infolibre’ el 16 de julio, y bajo la autoridad de su cátedra en Comunicación y experto en Comunicación Política, evaluaba como un analista independiente la actividad de Redondo, cuya peculiaridad -a su juicio- era “ser un profesional de la consultoría”. “Iván Redondo como ministro hubiera sido una manifiesta novedad, pero hubiera podido desentonar y hasta chocar con un equipo fuertemente enraizado en el Partido Socialista”, aseguraba el dueño de La Coproductora, con importantes contratos recibidos de RTVE y perejil, en el último cuarto de siglo, de todas las salsas político-mediáticas habidas en los predios socialistas.
Lo que Contreras se callaba era, por un lado, que él había sido partícipe de la estrategia para formar ese “equipo fuertemente enraizado en el Partido Socialista” y conformado por personas muy cercanas a Barroso. Tampoco hacía mención a su papel como ‘enviado especial’ de Sánchez, junto al otro Miguel, en la famosa cena con Redondo.
“Para Iván Redondo, su etapa como jefe de Gabinete, con 40 años recién cumplidos, le parecía que había tocado a su fin. Al no conseguir dar el salto a la política activa en primera línea, ha preferido abandonar y reinventar su carrera profesional en la empresa privada. Ofertas no le van a faltar”, concluía Contreras en dicho artículo.
Palabra de gurú.