Si un paciente con diabetes tipo 2, que presenta niveles de azúcar en sangre muy diferentes de los que son habituales en él, ingresa en el hospital por COVID-19, tiene mucho más riesgo de morir, de ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos o de necesitar ventilación mecánica.
Así se extrae de un estudio llevado a cabo por los servicios de Endocrinología y Nutrición y de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar y de investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) y del CIBER en Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), que ha publicado la revista “Diabetes Care”.
Este es el primer estudio que analiza esta variable en relación con el pronóstico de los pacientes con diabetes infectados por el coronavirus SARS-CoV-2. Como ya se conoce, la diabetes es uno de los factores de riesgo conocidos en caso de infección por COVID-19.
Los niveles de azúcar pueden quintuplicar el riesgo de muerte
Según el estudio, presentar unos niveles de azúcar en sangre un 18% inferiores a los esperables en el paciente, incrementa en casi cinco veces su riesgo de morir durante su estancia en el hospital. Si, por el contrario, esta cifra es un 22% más alta de media, las posibilidades de morir se multiplican 4,2 veces. Esta situación no se produce en el caso de los enfermos con unos niveles al ingreso en el hospital similares a sus habituales.
Determinación de los niveles de control
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio analizaron datos de 91 pacientes con diabetes tipo 2 ingresados en el Hospital del Mar por COVID-19 durante la primera ola de la pandemia. Sus niveles habituales de glucosa se calcularon a través de la determinación de la hemoglobina glicosilada en analíticas de sangre. Esta prueba permite conocer los niveles medios de azúcar en sangre de los pacientes en los tres meses anteriores.
De esta manera, los investigadores observaron cómo “en los casos de pacientes con niveles de glucosa en el momento del ingreso mucho más altos que su media, su evolución era peor por lo que respecta a mortalidad, ingreso en la UCI y necesidad de ventilación mecánica. Y en los casos con niveles de azúcar en sangre inferiores a su media, también se incrementaba la mortalidad”.
De los 91 pacientes analizados, 19 murieron por COVID-19. De estos, 8 presentaban niveles más altos de glucosa que sus habituales y 9 más bajos. Solo en dos casos no se detectó una variación significativa de sus niveles de azúcar en sangre.
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