Los últimos acuerdos que se han firmado entre la dirección de la Agencia EFE y los diferentes grupos que representan a la totalidad de sus trabajadores siguen marcando la agenda el medio público. Las desavenencias entre los diferentes actores han salpicado directamente a Gabriela Cañas, directora de la agencia.
Coincidiendo con su 65 cumpleaños, los representantes del sindicato CCOO han pedido que se ejecuten, también sobre ella, las condiciones pactadas en los últimos acuerdos firmados a finales de 2021. Una de las decisiones más cuestionadas es el plan de renovación de perfiles profesionales, por el que los trabajadores de EFE que sobrepasen los 65 años estarán obligados a jubilarse.
En los acuerdos firmados hace varias semanas se incluía una cláusula por la que los mayores de 62 años podrían optar a bajas incentivadas y jubilaciones anticipadas. A pesar de que Cañas no cuenta con un contrato sujeto al convenio que rige la Agencia EFE, sino sujeto a la SEPI, parte de la plantilla ha exigido igualdad de condiciones para todos los miembros de la plantilla.
Equilibrar las cuentas
Gabriela Cañas compareció en el Congreso de los Diputados el pasado mes de octubre para poner sobre la mesa los números de la Agencia EFE. Con un presupuesto anual que roza los 54 millones de euros y una deuda de 12 millones, la máxima responsable de EFE explicó en plan de recortes y prejubilaciones. Lo hizo como una de las soluciones más viables para sanear y equilibrar las cuentas del medio.
Unas medidas que finalmente ha llevado a cabo tras pactar con parte de los representantes de los trabajadores, pero que no ha recibido el apoyo de todos ellos. Las rencillas entre los diferentes sindicatos con representación dentro de EFE se han convertido en protagonistas de las últimas semanas y en un foco de disputa entre los propios trabajadores. A finales de este mes está prevista una nueva reunión para acercar posturas y debatir nuevas propuestas para la plantilla.
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