“Cómo está evolucionando la acción social de las empresas” ha sido el título del encuentro online organizado por Esade y Fundación “La Caixa”, con la participación de Virginia Luca de Tena, directora de la Fundación Mahou San Miguel; Alberto Andreu, presidente de DIRSE- Asociación Española de Directores de Sostenibilidad; Meritxell Ripoll, directora de Contenidos y Acción Social de CaixaBank además de miembro de la anterior Junta de DIRSE (2019-2021). La sesión estuvo moderada por Ignasi Carrera, director de los programas de formación directiva de ONG-ONL del Instituto de Innovación Social de Esade.
La sesión, realizada en el marco de los Programas de formación directiva para ONG-ONL del Instituto de Innovación Social de Esade, se dividió en tres bloques:
Acción social en la actualidad: enfocado en la evolución de los programas de acción social de las organizaciones y las novedades que estos están incorporando.
Ejemplos de acción social: con el objetivo de compartir aprendizajes y experiencias.
Retos pendientes: centrado en los retos que las compañías tienen por delante para tratar de que su acción social tenga un mayor impacto positivo sobre la sociedad.
Novedades y aprendizajes
La sesión sirvió para debatir sobre la evolución de los programas de acción social, qué novedades están incorporando y sus aprendizajes y experiencias. Actualmente, los programas de acción social de las empresas tienden hacia un modelo de contribución basado en el aprovechamiento de las competencias distintivas corporativas para impulsar programas sociales o medioambientales, en la mayoría de los casos, en colaboración con las ONG-ONL.
Algunas de las preguntas planteadas han sido: ¿Está ocurriendo esta evolución de forma mayoritaria? ¿Están optando las empresas por programas de diseño propio o bien por apoyar las propuestas que las ONG les hacen? ¿Qué están aprendiendo, tanto en un caso como en el otro, de estas colaboraciones con ONG y entidades sociales?
“El concepto de acción social es relevante, pero lo que realmente es relevante no es cuánto dinero generan las organizaciones sino cómo generan los ingresos. Antes había más dinero de lo que hay hora, el covid ha generado una serie de problemas de tesorería en las compañías y problemas de disponibilidad de fondos, esto es un elemento importante. Segundo elemento que es relevante es que antes las organizaciones daban dinero y ahora los proyectos son más cocreados, se incorporan más dentro de la actividad de la compañía y eso es bueno porque no va de dar un talón sino de gestionar de manera conjunta”, ha destacado Alberto Andreu.
Meritxell Ripoll y Virginia Luca de Tena hablaron de casos y de aprendizajes de sus respectivas organizaciones, evidenciando que la acción social que realizan las empresas ha cambiado de manera importante, porque ahora la acción social se entiende como una prioridad. Y el factor de ese cambio no sería tanto la pandemia, sino los movimientos globales alrededor del tema medioambiental.
El reto planteado durante el debate se ha centrado en la necesidad de que las organizaciones consoliden los recursos que dedican a estas acciones, no solo económicos sino humanos. Y al respecto, el presidente de DIRSE recordó que se acercan medidas regulatorias en materia de responsabilidad social desde la Unión Europea, con la colaboración público-privada, la medición del impacto de las aportaciones sociales de las compañías y la mejora de los sistemas de gobernanza de las empresas que tienen fundaciones.
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