La Gala de los Goya fue propicia para el jefe de Mediapro, que recibió varios Goya por su “El buen patrón”, con Javier Bardem como principal rostro. Lo que no podía esperar es que le recordasen algo que siempre callan sus polluelos de Podemos: que él es todo un modelo de la peor versión de patrón capitalista.
Sólo en esta España un tipo como Jaume Roures es capaz de ser subido a un escenario y aplaudido tras haber recibido diversos Premios Goya por una de sus producciones, “El buen patrón”.
Sólo en esta España un empresario señalado como “brazo mediático” del golpe a las instituciones en Cataluña en 2017 es capaz de discursear sin que nadie airee una sola miseria en su presencia. Sólo en esta España un tipo que se cebó, y se sigue cebando, con sus empleados, tiene el cuajo de producir una película como “El buen patrón”. Sólo en esta España el patrón de una Mediapro en estado comatoso financieramente, con una empresa autodeclarada culpable de sobornos en EEUU y abrevando entre los Presupuestos de la Corporación pública catalana y la estabulación con el ‘fan’ de Vox Javier Tebas, es arropado como si fuera el gran oráculo.
¿Por todos? No, no por todos. Lo que sucedió en la Gala de los Goya tuvo una proyección paralela en las redes sociales. Y es que la reacción no se hizo esperar: numerosos ex trabajadores del emporio Roures -especialmente del diario ‘Público’ en su edición impresa- pusieron de manifiesto cómo el “buen patrón” se las gastó como un lobo de Wall Street de esos que, en versión cañí, gusta de retratar su paje León de Aranoa.
Las verdades sobre Roures fueron más evidentes porque no procedían precisamente del arco derecho, sino de gentes situadas a la izquierda. Incluso podría decirse que muy a la izquierda. Uno de sus antiguos empleados, el periodista Pere Rusynol (denunciado por Roures a causa de una entrevista en que le calificó como “estafador”), relató con pelos y señales cómo el “buen patrón” llevó a cabo un ERE, mintió sobre su patrimonio y mandó a los empleados al FOGASA, sin olvidar cómo intrigó a través de terceros para quedarse con la cabecera cuando salió a subasta y montar un medio proclive a sus polluelos de Podemos. El mismo medio en el que hoy pontifican y dan lecciones sobre los empresarios, la política y los medios sujetos como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero.
Pero no quedaron ahí las cosas, ya que algunos antiguos colaboradores explicaron que los empleados, al menos, pudieron beneficiarse de alguna indemnización. Lo que no fue el caso de los colaboradores, que en muchos casos se quedaron sin cobrar las facturas.
Aunque sin duda el testimonio más “brutal” lo puso el sindicato ácrata Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el único que a día de hoy osa enfrentarse a Roures y que el pasado enero, ante posibles recortes en Mediapro, tuvo que poner pie en pared ante las pretensiones de los directivos de la empresa.
La central anarquista, a la que nunca le ha temblado el pulso a la hora de enfrentarse al “buen patrón” -sujeto, por lo demás, a tomar con precaución por sus relaciones con UP, PSOE, el entramado ‘indepe’, los clubes de fútbol, etc. -, tuvo que recordar cómo, siendo lo de ‘Público’ lamentable hace una década, ahora los trabajadores de Mediapro se encuentran bajo amenaza de un proceso similar.
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