El empresario y magnate de la comunicación en Europa Vincent Bolleré cuelga los guantes. Lo hace apostado por una jubilación voluntaria y dejando el holding de empresas que ha creado durante treinta años y que se extiende por toda Europa en manos de sus hijos. El traspaso es inminente y son muchos los flecos que quedan pendientes.
El que más atañe a nuestro país es el futuro de Vivendi y su expansión en Prisa. Recordemos que la empresa francesa –propiedad de Bolleré- cuenta con un porcentaje accionarial del 9,9% de la compañía. No obstante, está pendiente de la aprobación del Gobierno de una ampliación de capital que ascendería hasta el 29,9% de su accionariado. Una luz verde que inicialmente parecía un mero trámite, pero que se está prolongando en el tiempo por las dudas que el proyecto levanta dentro del Gobierno.
No es la única operación que Bolleré tiene pendiente y dejará en manos de sus hijos. La adquisición del Grupo Lagardère, que incluye medio s como Paris Match, el Journal du Dimanche o la editorial Hachette, también queda pendiente. Una operación que está valorada en más de 2.500 millones de euros.
Un imperio para sus cuatro hijos
En esta misma línea, los próximos pasos de la empresa y su expansión internacional también pasarán por el sector de las telecos. En este sentido, el objetivo sería Telecom Italia, que ya cuenta con Vivendi, como principal accionista.
Un legado –compuesto por holdings y fundaciones- que deja en manos de sus cuatro hijos. Sin embargo, son muchas las fuentes del sector las que sostienen que Bolleré no dirá un adiós definitivo, y se mantendrá vigilante de la evolución de los negocios desde la segunda línea.
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