El Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña, ha puesto en marcha una consulta para pacientes ostomizados con el fin de optimizar el cuidado de esta condición y ofrecerles un mayor acompañamiento, apoyo, formación y consejos, así como para contribuir a dar más visibilidad y normalidad a esta situación.
La ostomía es un proceso quirúrgico que consiste, para el cáncer de colon, en la realización de una incisión en el abdomen para colocar una bolsa, pegada y adaptada a la piel, que ayuda a aliviar el contenido intestinal cuando un paciente no puede expulsar heces u orina de forma natural por presentar alguna patología en el sistema digestivo, urinario o respiratorio. La enfermedad más frecuente que precisa de este procedimiento es el cáncer de colon (cuando conlleva una extirpación en el área) y, dependiendo de la situación, puede ser temporal o definitiva.
“Tras llevar mucho tiempo realizando ostomías, detectamos la necesidad de ofrecer una atención más especializada para el paciente, mejorando la organización y disponibilidad de este servicio con una consulta fija diaria y completando el equipo con la formación de un profesional adicional”, explica Diana Macías, enfermera responsable de la citada consulta en el hospital villalbino.
“Pero, incluso más importante que el tratamiento de la ostomía o de la piel, lo que más valoran los pacientes de este servicio es lo mucho que les alivia ansiedad acerca de lo que pueden esperar del proceso, porque a menudo vienen con ideas preconcebidas inexactas de lo que creen que va a pasar, y luego no es así…”, añade, y matiza: “Muchos creen que no podrán hacer deporte, que no podrán bañarse en una piscina, que no podrán salir a bailar… Nosotros les demostramos que no es cierto”.
En ese sentido, Macías destaca la disponibilidad de numerosos productos y alternativas. “Hay bolsas de todos los tamaños, opacas, transparentes, finas, gruesas, de dos piezas, de una… Es todo un mundo en el que, hasta que no estás dentro, no eres consciente de la cantidad de opciones que existen”.
Esta variedad de recursos permite que los ostomizados puedan llevar una rutina normal, que no afecte a su calidad de vida. Sin embargo, el desconocimiento inicial hace que el componente psicológico sea determinante. “Emocionalmente, es muy duro y que hay que adaptarse a esa situación, pero cuando pasa el tiempo y consiguen ser independientes, no hay nada que les frene”, explica la responsable de la consulta de ostomía del centro hospitalario.
Consulta especializada para satisfacer una necesidad
Desde el momento en el que se le indica que debe operarse, el paciente pasa directamente a la consulta de ostomía, en la que los expertos le explican en qué consiste el procedimiento y, sobre todo, lo tranquilizan al respecto. Macías comparte su experiencia en estos primeros encuentros: “Les explicamos cómo va a ser el proceso, sin mentirles, lo que les da cierto alivio y ayuda a eliminar las ideas preconcebidas con las que llegan”.
Concretamente, en la consulta se ofrecen consejos para cuidar, limpiar y mantener en buen estado el dispositivo y la piel de la zona. A su vez, basadas en la experiencia propia y de otros pacientes, los expertos comparten recomendaciones para colocar los dispositivos, para que no molesten y se noten menos, sugerencias de qué comer y qué alimentos evitar, así como acerca de la elección adecuada de la bolsa, dentro de todos los materiales y tamaños disponibles. No obstante, Macías insiste en que, en los pacientes, el componente psicológico tiene más peso que el físico: “Lo más importante en la consulta, por encima de las pautas que se dan sobre el tratamiento, es el resultado que se obtiene en este sentido”.
La enfermera comparte que lo más gratificante del trabajo realizado en la consulta es ver “el cambio de los pacientes entre el primer día tras la ostomía, con miedo a no saber a qué se van a enfrentar, y su avance cuando ya han pasado un par de meses asistiendo a la consulta, tiempo en el que han aprendido a aceptar la situación, ser autosuficientes y llevar una vida normal”. “Al final, terminan dándome consejos a mí, lo cual me encanta”, concluye.
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