Las enfermeras, durante los momentos más duros estuvieron ahí, se pusieron a disposición de las administraciones e incluso pusieron en riesgo su propia vida. Pasado este tiempo, el Consejo General de Enfermería (CGE) denuncia el olvido del Gobierno central y autonómicos, que, esta recibiendo esta profesión . “Lejos de poner medidas para que algo así no vuelva a pasar, están incluso poniendo fin a esos contratos tan necesarios que se hicieron durante la pandemia”.
“Todos esos aplausos que se nos dieron a las ocho de la tarde se han quedado mudos. Eran mentira. No pusimos condiciones para atender y cuidar de la población, pero ahora vemos como todo sigue igual, las administraciones comienzan a despedir a esos profesionales que se dejaron la piel y el sistema vuelve a quedar herido de gravedad en uno de los momentos más duros de nuestra historia”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
Parece que la sociedad en general se ha olvidado que durante los meses de confinamiento domiciliario el gobierno trasladó a profesionales de unas áreas a otras, se doblaron y triplicaron turnos, se cancelaron vacaciones, se construyeron hospitales de campaña en menos de una semana y se instalaron camas de UCI en tiempo record para atender las necesidades que el Covid-19 demandaba.
Encuesta a 20.000 enfermeras y enfermeros
En este contexto, hace una semana el Consejo denunció la situación límite que atraviesan los profesionales. Una realidad que ha sido demostrada a través de una macroencuesta en la que más de 20.000 enfermeras y enfermeros de todo el país han dicho basta. Y es que, los resultados revelan que tantos meses de desgaste han tenido consecuencias muy graves para la salud mental de los profesionales. Según los datos obtenidos, un tercio de ellos ha sufrido depresión, 6 de cada 10 confirman haber padecido insomnio (58,6%) y el 67,5% ha tenido episodios graves de ansiedad.
Los enfermeros denuncian que se sienten abandonados por las instituciones. Por ello, han perdido completamente la fe en llegar a ver algún tipo de medida ante las dificultades, obstáculos y precariedad que tienen que sufrir a diario. Prácticamente, el cien por cien (98,7%) de los profesionales ni se siente reconocido por los políticos ni confía en que estos den soluciones.
Además, según la encuesta, el 46,5% de las enfermeras ha barajado la posibilidad de dejar la profesión y 3 de cada 10 de estos profesionales no volverían a estudiar la carrera si les dieran esa opción.
Plan de vacunación
Casi un año después del comienzo de la pandemia, llegaron la España as primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19. Una noticia de esperanza para la sociedad en general en la que las enfermeras volvieron a coger la batuta. Así, de la misma manera que se habían construido hospitales de campaña, las instituciones levantaron grandes vacunódromos en diferentes lugares, como pabellones o estadios Y fueron, una vez más, las enfermeras, las encargadas de, gestionar y preparar estos dispositivos.
Hasta ahora se han administrado más de 93 millones de vacunas contra el COVID-19 y todas ellas han sido puestas por enfermeras y enfermeros, realizando la mayor campaña de vacunación de la historia. La población y las enfermeras que se encontraban capitaneando el sistema fueron un gran ejemplo de solidaridad.
Atención primaria
Muchas de aquellas enfermeras que continúan hoy poniendo vacunas a la población fueron trasladadas desde centros de salud, dejando a la atención primaria hundida.
“La AP es el muro de contención de muchas enfermedades y es un recurso importantísimo en nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). El desmantelamiento de esta supone el desmantelamiento de nuestra sanidad” comenta Pérez Raya, quien ha añadido que, “se ha trasladado a personal y se han dejado consultas vacías. Cada enfermera o médico en un centro de salud tiene que atender a decenas de pacientes al día, poniendo en riesgo la salud de los usuarios porque muchos no pueden ser atendidos y la suya propia”.
Tras dos años durísimos en los que todo el mundo trastocó su día a día y en los que los profesionales se pusieron a disposición de las necesidades ciudadanas, el CGE insta a las administraciones a recuperar y potenciar servicios básicos y olvidados durante este tiempo como es el correcto seguimiento y cuidados de pacientes con patologías crónicas.
Las enfermeras dicen hasta aquí y piden soluciones. “No es el momento de echarse hacia otro lado, tenemos una de las peores ratios de enfermeras por paciente de la Unión Europea, hemos demostrado cómo trabajamos y cómo nos dejamos la piel por los pacientes, y, ahora, son ellos y ellas, los que nos gobiernan, los que deben poner solución a este desgaste. Nuestras compañeras de hospitales, centros de salud, sociosanitarios, colegios… están desgastadas y exhaustas” O se pone solución o entraremos en uno de los momentos más difíciles de nuestra sanidad, tocada y hundida tras la pandemia, ha concluido Perez Ayala.
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