Las modas y las tendencias cambian constantemente. La ficción, como cualquier otra industria, también evoluciona y se adapta a las nuevas realidades. En este juego la globalización ha tenido un papel fundamental, pues lo que hoy se ve en Asia, mañana podrá verse en Europa. Algo similar ha ocurrido con Heridas. La nueva serie de Atresmedia es una adaptación de Mother, una ficción japonesa que causó sensación, y que también ha sido adaptado en Turquía.
La ficción llegará en abril a Atresplayer Premium para más tarde saltar al prime time de Antena 3. Heridas, que fue presentada recientemente en el marco del Festival de Málaga, está protagonizada por Adriana Ugarte, María León y Cosette Silguero. Juntas forman un tándem que casa a la perfección en la pantalla, y logran narrar un drama donde las emociones ejercen como fuerza motriz.
Adriana Ugarte interpreta a Manuela, una joven bióloga en cuyo camino se cruzará Alba (Cosette Silguero), una niña desamparada. Su madre, Yolanda (María León) no atiende sus necesidades más básicas y buscará refugio en una madre ficticia. “Quería que fuera un personaje difícil de entender. Podría interpretarse como la salvadora, como el alma profundamente caritativa y compasiva…”, señala Ugarte.
La actriz madrileña se muestra contenta con su personaje y confiesa que le apetecía mucho interpretar “a una mujer llena de sombras y con intereses políticamente no muy correctos”. Para meterse en la piel de Manuela cogió referencias muy variadas, pues no le apetecía “crear un personaje blanco”. En este sentido, apunta que no buscaba dar vida “a una heroína, ni a un personaje que cayera bien, sino a alguien que sintiera una debilidad profunda por la niña, como una obsesión”.
De ‘La vida es bella’ a ‘Lolita’
Para ello revisitó películas como La vida es bella o Lolita, “tanto la de Stanley Kubrick (1962) como la de Adrian Lyne (1997)”, aclara. “Me gustaba de Lolita la necesidad que tiene Jeremy Irons de la niña, y cómo de repente se anula. Ante la idea de perderla se anula y se muere. Me gustaba mucho esta sensación de dependencia y de ser un adulto desarmado”, explica. Sobre La vida es bella (1997) confiesa que le gustaba la idea de “convertir una realidad que es terrible en un juego y en cuento”.
“Cuando todo te va peor, se canta más y se baila más, a pesar de que ese personaje está descompuesto. Me gustaba ir a la contra de las emociones. Si había drama que lo jugara, si había una cosa caritativa, que hubiera algo como ambiguo y raro. Poder meter estos matices y que los directores estuvieran por la labor me estimuló mucho”, comenta la intérprete, que confiesa que no le apetece sentirse cómoda, sino aprender cosas nuevas: “Cada vez te apetece hacer cosas diferentes porque ya te conoces, y conoces sobre todo lo que has hecho hasta ahora”.
Otra de las referencias que podría haber tomado para interpretar su papel podría haber sido la adaptación turca o la original Mother. Sin embargo, Adriana Ugarte descartó la idea. “No quería verlas. Sabía que querían llevar esta serie de una manera más contenida. No sé cómo son las otras. Creo que tienen tonos distintos. Imagino que la japonesa es como su sociedad, más íntima, más contenida o quizá menos expresiva. La turca a lo mejor es más pasional y más intensa. Creo que cada uno en su estilo y su cultura, funcionan”, asegura.
Los puntos fuertes de la serie
Incidiendo nuevamente en su personaje, Adriana Ugarte aclara que no le quería que Manuela fuera una salvadora: “No me apetecía salvar a la niña y que conmigo estuviera mucho mejor que con su madre, si no que de repente estuviera con otro ser humano, que no está muy allá de equilibrio”. Por otra parte, señala que los directores de Heridas han dejado libertad a los actores y actrices a la hora de cambiar algunos aspectos del guion.
“No es habitual que el texto sea abierto. Luego siempre pueden cortar y quedarse con una cosa u otra. Creo que toda esta posibilidad de jugar e improvisar te engancha mucho más a la historia, y al espectador también le hace olvidarse”, explica la actriz. Sobre otros aspectos de la serie, destaca cómo está rodada. “Hay algo que me recuerda al cine indie. La serie está grabada con cámara al hombro. Me parece que todos los departamentos han dado el do de pecho”, opina.
Preguntada por lo que le ha aportado esta serie, destaca la importancia del proceso. “Está muy bien que la serie quede bien y las secuencias emocionen, pero creo que es vital que el proceso merezca la pena. El resultado no valida el proceso. El proceso es lo más importante”. En este sentido ha destacado la labor de Cosette Silguiero, la joven actriz que se mete en la piel de Alba: “Es una maestra porque está muy presente como compañera y como ser humano”.
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