Parece que el finde las mascarillas en interiores se ve cada vez más cerca. Según ha adelantado laSexta, el 19 de abril se aprobará la retirada de esta herramienta de protección en espacios interiores aprovechando el Consejo de Ministros que tendrá lugar ese mismo día. La medida se tomará después de Semana Santa, para evitar el aumento de casos durante las vacaciones y los eventos masivos y se llevará a cabo siguiendo los consejos y recomendaciones de los técnicos de la ponencia de alertas.
No obstante, no será un adiós definitivo, ni generalizado. Las mascarillas seguirán siendo obligatorias, como ya se ha establecido, en residencias de ancianos, hospitales y en el transporte público.
Así, con esta decisión que ha avanzado laSexta, se ponen fin a las dudas generalizadas sobre si se podrá disfrutar de la Semana Santa libres de mascarillas. En la decisión han participado también las Comunidades Autónomas.
Posiciones por comunidades
La mayor parte de las comunidades se han pronunciado a favor de respetar el criterio de los expertos, pero no todas coinciden por el momento. El Gobierno de Navarra considera que el “momento ideal” para que las mascarillas dejen de ser obligatorias en interiores es después de la Semana Santa, según ha dicho la consejera de Salud, Santos Induráin. Tampoco el Gobierno Vasco es partidario de adelantar esta medida antes de la Semana Santa, ha aclarado el portavoz del Ejecutivo autonómico, Bingen Zupiria.
La consellera valenciana de Sanidad, Ana Barceló, ha señalado que estará a lo que digan los expertos y el documento de la ponencia de alertas del Ministerio de Sanidad. De la misma opinión se mostró ayer Murcia y también Extremadura, que aplicará lo que determine la ponencia según reiteró el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, para quien no se debe correr “en exceso” porque la nueva fase de la covid, en la que se han eliminado los aislamientos de los leves y asintomáticos, lleva aplicándose “poco tiempo”.
Castilla y León apuesta por retirar cuanto antes las mascarillas, aunque siempre con consenso, y Aragón insta a seguir la recomendación de los técnicos. Y Andalucía, por su parte, es partidaria de esperar unos meses, por miedo a sus próximos acontecimientos: Semana Santa y la feria de Abril de Sevilla o las diversas romerías que tendrán lugar en los meses de abril y mayo.
Y de forma más contradictoria, Galicia indicó la semana pasada que, antes de seguir tomando decisiones orientadas a la relajación de las medidas preventivas de la pandemia se debe esperar “al menos quince días” para conocer el efecto del fin de los aislamientos de las personas asintomáticas con la nueva estrategia Covid que arrancó el pasado 28 de marzo.
En cambio la capital, Madrid, pidió hace un mes el fin de la obligatoriedad de los denominados “tapabocas” en interiores excepto en hospitales, residencia y transportes. Hoy mismo, en una entrevista a laSexta el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha defendido de nuevo su retirada de “modo gradual” en interiores.
Cataluña, a diferencia del resto de comunidades, lleva unas semanas pensando en la retirada de las mascarillas en los colegios, y no descarta retirarlas sin el consenso del Gobierno Central antes de Semana Santa.
Guiados por los expertos
Los expertos de la ponencia llevan semanas trabajando en un horizonte sin mascarillas y plantean una retirada progresiva, dependiendo de los ámbitos y el perfil de las personas. Así, creen que deben seguir siendo obligatorias para trabajadores y visitantes de centros asistenciales y sociosanitarios, especialmente, residencias de mayores y medios de transporte. Pero, por otro lado, justifican que los alumnos ya no la utilicen “en el ámbito escolar”.
Además, estos profesionales, han lanzado una serie de usos recomendados, entre ellos que las personas vulnerables se la pongan “en cualquier situación en la que tenga contacto prolongado con personas a menos de 1,5 metros, y en el trabajo, cuando no se pueda mantener esa separación y no haya una ventilación adecuada”.
Hace a penas una semana, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez garantizó que retiraría su obligatoriedad “al segundo siguiente” de que lo aconsejen los técnicos. Mientras que, desde el Ministerio de Sanidad, la ministra Carolina Darias se ha mantenido siempre cauta, insistiendo en que se iba a ir “paso a paso, tomando medidas desde la prudencia, desde la progresividad y desde la gradualidad” y advirtiendo de que la medida se aprobaría “cuando las personas expertas que nos asesoran también lo propongan”. Un momento esperado por todos que parece llegar a su fin.
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