Las acusaciones de Volodimir Zelenski contra las empresas españolas Maxam, Porcelanosa y Sercobe, formuladas en el hemiciclo, han tenido repercusiones. Mientras que Porcelanosa y Sercobe han movido ficha rápidamente para contrarrestar el señalamiento realizado por el presidente ucraniano, el caso de Maxam es digno de estudiarse en los máster de comunicación empresarial y de crisis.
Y es que la inacción de Maxam ha sido total. La fabricante de explosivos ha optado por el silencio absoluto y varios medios han señalado el hecho de que su página web se haya caído. Pero es que, además, el caso resulta más flagrante si se tiene en cuenta que su presidente es José Manuel Vargas, al que se le supone un amplio conocimiento en materia de medios y comunicación.
Sin embargo, la realidad está dando la razón a quienes siempre han puesto de vuelta y media a Vargas como un gestor, como poco, “discutido”. Porque Vargas fue un destacado directivo del Grupo Vocento, donde ejerció como consejero delegado tras haber ocupado el mismo cargo en ‘ABC’, así como otras posiciones de alta dirección en el grupo vasco. Más tarde, Vargas fue aupado durante el marianismo a lo más alto de Aeropuertos Nacionales (AENA) y, tras dejar el puesto, pasó al fondo Rhone-Group.
Esta pertenencia a Rhone-Group tiene mucho que ver con su actual puesto, ya que el fondo tomó el control de Maxam, colocando a Vargas en lo más alto.
Ahora, Maxam tiene una evidente crisis reputacional y algunos ‘históricos’ de Vocento no han dejado de recordar los tiempos de Vargas al frente del Grupo, cuando se planificaron acciones de ‘guerra sucia’ contra la competencia o la sede madrileña terminó convirtiéndose en un ‘sin Dios’ en el que altos cargos y periodistas del grupo se enfrentaban en los comentarios de las noticias, entre otros ejemplos.
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