Según ha explicado el investigador del Institut de Recerca de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Pau-IIB-Sant Pau (Barcelona), Juan Carlos Escolà Gil, “establecer pautas personalizadas que permitan un mejor control de la glucosa y reducir así la necesidad de medicación o, incluso, conseguir la posibilidad de revertir la enfermedad en ciertas personas constituye uno de los mayores retos en este campo”.
De esta manera los expertos insisten en la importancia de cambiar los hábitos de vida de estos pacientes siendo uno de los factores más esenciales a la hora de controlar la diabetes tipo 2 (DM2) el control del nivel de colesterol HDL, el conocido por los médicos como “colesterol bueno”.
Colesterol y diabetes tipo 2
En las propias investigaciones del grupo de trabajo de Juan Carlos Escolà y según ha indicado el mismo se ha podido evidenciar la existencia de una relación compleja entre el colesterol HDL, las funciones cardioprotectoras de estas lipoproteínas y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
“Hay una relación bidireccional entre las HDL y el desarrollo de DM2”, ha dicho el experto del IIB-Sant Pau. Por un lado, la diabetes tipo 2 afecta las funciones de las HDL pero, a su vez, estas lipoproteínas de alta densidad pueden influir directamente en el control de la propia diabetes. A lo que ha añadido que aunque, “este último aspecto ha sido menos investigado, pero puede tener importantes aplicaciones médicas en este campo, ya que estrategias dirigidas a mejorar la función de las HDL podrían permitir un mejor control de la enfermedad”.
Dado este rango óptimo de concentración del colesterol HDL en plasma, se sugiere que aumentar la concentración del colesterol HDL dentro de este podría traducirse en beneficios importantes. “Investigar las alteraciones funcionales de las HDL y su posible mejora podría ser un paso crucial hacia un mejor control de la diabetes tipo 2”, ha enfatizado de nuevo Escolà.
El desafío de la monitorización de la glucosa
Otro ámbito de control y mejora que se ha mencionado durante el Congreso se sustenta según los expertos se basa en los nuevos sistemas de monitorización continua de la glucosa (MCG). Como bien ha explicado el jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic Universitari de Barcelona, Ignacio Conget Donlo, la monitorización de la glucosa de manera continua es la ‘prueba del algodón’ para todos aquellos tratamientos hipoglucemiantes y, en especial, para las insulinas.
Por su parte, desde Estados Unidos, el profesor de la División de Endocrinología del Emory University School of Medicine en Atlanta, Rodolfo J. Galindo, ha expuesto la satisfactoria experiencia acumulada en su hospital con el empleo de la monitorización continua de la glucosa en pacientes ingresados. Concretamente ha detallado que “con el uso de MCG en el hospital hemos vivido una revolución muy interesante debido a COVID”, y es que, normalmente, se comienza por una sólida y extensa investigación y se pasa posteriormente a la implementación de nuevos abordaje, pero debido a la necesidad surgida durante la pandemia de COVID estos estudios se han ido acumulando y han servido para valorar el uso hospitalario de este recurso.
En su opinión,, la MCG tiene el potencial de ser una mejor y más eficaz manera de monitorizar la glucosa en los pacientes hospitalizados, puesto que permite detectar mejor hipoglucemias, particularmente las asintomáticas y las nocturnas y prevenirlas.
Finalmente los expertos presentes en el Congreso han recomendado poner mayor énfasis en el manejo de complicaciones de la diabetes, yendo más allá del control glucémico solamente e incluyendo el manejo del sobrepeso y la obesidad que afecta a un 90% de estos pacientes.
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