La plantilla de Hearst afronta un proceso judicial después de que decenas de antiguos trabajadores hayan interpuesto una demanda, admitida a trámite, alegando discriminación y perjuicio económico tras ser despedidos de la empresa. Los afectados acusan a la compañía de cometer diferentes irregularidades en las condiciones pactadas para la extinción de contratos.
Los afectados llegaron a un acuerdo con la compañía para rescindir sus contratos y reducir la plantilla permitiendo a Hearst hacer a las pérdidas económicas derivadas de la pandemia en 2020. Un acuerdo que se firmó y en el que la compañía aseguró a los afectados que no podrían optar a mejores condiciones en acuerdos de despidos futuros.
Sin embargo, el pasado 2021, concretamente en el mes de julio, Hearst firmo un ERE que afectó a 76 trabajadores y que mejoró las condiciones de los trabajadores que aceptaron su salida en 2020. Son ellos los que ahora reprochan a Hearst su engaño que ha supuesto un perjuicio en sus retribuciones económicas.
2021: 76 despidos con indemnizaciones pactadas
Un año después de despedir a casi 40 trabajadores, Hearst pactó un ERE -que inicialmente estaba previsto para un centenar de trabajadores- con 76 de sus empleados. Finalmente, la compañía acordó con ellos una indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.
La plantilla de la compañía sufrió un importante descenso. En los dos últimos años, se redujo en más de un centenar de trabajadores, muchos de ellos, han optado por demandar dos años después a la compañía para demostrar el engaño que sufrieron a la hora de recibir sus indemnizaciones.
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