La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por causar un dolor musculoesquelético generalizado durante más de 3 meses de evolución; afectando sobre todo a músculos, ligamentos y articulaciones. Cada vez hay más estudios que ponen de manifiesto que en la fibromialgia existe un proceso de neuroinflamación que produce las alteraciones de los trasmisores cerebrales responsables de las múltiples manifestaciones clínicas que presentan estos pacientes, según ha puesto de manifiesto el Dr. Javier Rivera, reumatólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, en el marco del Día Mundial de la Fibromialgia.
A su juicio, “en la actualidad, con técnicas especiales de resonancia magnética cerebral se puede ver cómo la actividad de determinadas zonas del cerebro y las conexiones que existen entre ellas son diferentes a las que tienen otras personas sin la enfermedad. Estas técnicas muestran datos objetivos sobre lo que está ocurriendo en estos pacientes y, aunque todavía no están al alcance de su empleo en la clínica diaria, se podrán utilizar en un futuro próximo para establecer con certeza el diagnóstico de la fibromialgia”.
Síntomas más habituales
Una de las características más comunes de esta enfermedad es la es la sensación de cansancio que aparece sin que el paciente haya realizado ningún esfuerzo previo. Se trata de una dolencia bastante incapacitante para las personas que la sufren.
Además, de los síntomas generales ya mencionados, esta enfermedad puede ir acompañada de otros síntomas como dolor de cabeza, hipersensibilidad al roce con la piel, entumecimiento, espasmos musculares, rigidez articular, reglas dolorosas, dolor de vientre, hinchazón abdominal por gases, estreñimiento, diarrea, trastornos de memoria y atención, así como trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión. En muchos casos, estos síntomas van acompañados de una sensación de irritabilidad y de exceso de sensibilidad que provoca malestar ante ruidos y olores.
Pero, esta sintomatología es variables y se puede sufrir en diferentes grados de intensidad y en diferentes períodos de tiempo, lo que dificulta predecir hacia donde evolucionará la enfermedad en cada caso. Por ello se habla siempre de distintos tipos de fibromialgia que se pueden clasificar tomando como referencia la intensidad de sus síntomas, que van desde una dolencia leve hasta un nivel de gravedad alto que imposibilitan hacer una vida normal.
Posibles causas
Ahora bien, entre los factores de riesgo más habituales que predisponen a desarrollar la enfermedad están el ser mujer, contraer una infección de tipo vírico o bacteriano y tener antecedentes hereditarios.
Sin embargo, la causa exacta de la fibromialgia no se ha identificado con absoluta precisión. Estudios recientes señalan que los pacientes coinciden en mostrar alteraciones en el sistema nociceptivo, que es el conjunto de estructuras del sistema nervioso que regulan la percepción y la respuesta al dolor. Estas alteraciones implicarían el descenso del umbral de detección de estímulos dolorosos que es generalizado entre los pacientes y afecta a diferentes zonas del cuerpo humano. También se han detectado cambios a nivel cerebral, con un incremento de la activación en las zonas que procesan el dolor.
El resultado es que las personas afectadas con capaces de sentir los estímulos normales, como por ejemplo cuando se ejerce una presión en una zona de su cuerpo, pero el umbral del dolor es inferior al normal, es decir sienten un dolor más elevado.
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