España se ha ganado el primer puesto en todo el mundo en el uso de medicamentos para tratar la ansiedad y el insomnio. Un título con el que ha desplazado al habitual líder, Estados Unidos, que llevaba años a la cabeza. En concreto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado los alarmantes datos sobre el uso de un psicofármaco muy habitual en nuestro país, las benzodiazepinas, fármacos utilizados para el tratamiento de los trastornos de ansiedad o insomnio, entre otros.
Preocupante aumento del consumo de psicofármacos
En general, la realidad muestra como el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes ha aumentado en los últimos tiempos, ya sea por la precaria sanidad pública, la falta de especialistas en salud mental o por la pandemia. Ahora bien, el perfil del paciente que compra este tipo de medicamentos, según ha explicado Miguel Vázquez, representante del grupo de Farmacia Neuropsiquiátrica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), es claro, “principalmente personas mayores de 65 años y ahora mujeres”.
La Agencia Española del Medicamento (AEMPS) ha confirmado que el uso de estos medicamentos ha pasado de una dosis diaria de 86,93 en 2019 a una de 93,04 por día, por mil habitantes, en 2021. Un aumento que se debe, en parte, según el especialista a la denominada “medicalización de la vida”. Es decir, ahora intentamos solucionarlo todo con una pastilla. “El paciente llega al médico y exige un tratamiento farmacológico que quizá no necesite, pero, siente que sin un medicamento no se va a curar”.
Por ello, el representante de farmacia neuropsiquiátrica del SEFH ha mencionado a El Mundo, la importancia de los psicólogos. Una persona que acude a consulta con ansiedad leve, “sería más efectivo que pasase a disposición de un psicólogo”, al igual que el que padece insomnio, “le hablas de la higiene del sueño”, es decir ciertas recomendaciones que consiguen un sueño más efectivo, “y no se cree su efectividad cuando está probada por muchos expertos. Ellos prefieren la pastilla”.
Una consecuencia más de la pandemia
Cierto es, que la tendencia a creer en el milagro de la píldora y rechazar cualquier tipo de terapia alternativa se ha visto impulsada tras lo dos años de pandemia. Y es que, todos somos conscientes de que, durante la pandemia, los problemas de salud mental se han multiplicado. Cerca del 20% de los españoles se encontraban en tratamiento psicológico antes de la pandemia, desde entonces, más del 40% de la población ha acudido al psicólogo por problemas de ansiedad y más de un 30% por depresión, según recoge el Centros de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Así, actualmente más de un tercio de los españoles tiene un problema de salud mental. Los más frecuentes son los llamados Trastornos Mentales Comunes, como la ansiedad, la depresión o por somatización. Aunque no son los únicos, los trastornos de la conducta alimentaria, de comportamiento o los intentos de suicidio están incrementándose, especialmente entre los niños y adolescentes, ha datado el último informe del CIS.
Entre las medidas planteadas por ciertos partidos políticos para paliar esta situación se encuentran, en primer lugar, luchar de frente contra el suicidio, que se ha situado por delante de los accidentes de tráfico, pero no cuenta sin embargo con campañas y acciones tan decididas. Esto unido a medidas para garantizar la divulgación de información fiable sobre salud mental, porque este tipo de publicaciones no llegan ni al 1%.
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