El Ministerio de Sanidad que dirige Carolina Darias y las comunidades autónomas han lanzado una alerta sanitaria tras detectar, según los datos a los que ha tenido acceso El País, ocho casos sospechosos de la viruela de los monos en Madrid. El Centro Nacional de Microbiología (CNM) está llevando a cabo pruebas genéticas para confirmar si se trata de esta enfermedad.
La alerta llega después de que Portugal confirmara este martes tres casos de viruela del mono, tenga otros dos pendientes de confirmación y otros 15 en investigación. Además, dos días antes Reino Unido informó de la existencia de un brote en el país que ha afectado a siete personas. Todos los casos confirmados han sido diagnosticados en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y no se ha logrado identificar un vínculo epidemiológico entre la mayoría de los afectados, lo que muestra que por el momento hay varias cadenas de transmisión del virus no identificadas.
¿En qué consiste esta enfermedad?
La viruela de los monos es una enfermedad causada por un virus endémico de zonas selváticas del continente africano, donde varios mamíferos (simios, roedores…) pueden transmitirla al ser humano. La patología tiene como principal síntoma una llamativa erupción en la piel y su tasa de letalidad en los brotes registrados en África oscila entre el 4 y 22% y la mayoría de los pacientes son niños, según detalle un extenso reportaje publicado este martes por The Conversation. En el caso de los países desarrollados, donde apenas ha habido brotes, se considera que la mortalidad sería mucho menor debido a los servicios sanitarios disponibles.
Esta enfermedad poco común en países europeos tiene una sintomatología muy parecida a la viruela que se encuentra ya totalmente erradicada. Los afectados comienzan teniendo fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, escalofríos y agotamiento. La principal diferencia entre los síntomas de la viruela humana y la viruela del simio es que la segunda hace que los ganglios linfáticos se inflamen, mientras que la primera no.
Ahora bien, el contagio del virus suele requerir un contacto estrecho, ya que se produce mayoritariamente al tocar líquidos corporales de la persona portadora, aunque también es posible que ocurra a través de gotas de saliva. La incubación tiene una duración de 6 a 13 días (puede durar hasta 21) y la enfermedad, para la que no existe tratamiento específico ni vacuna, remite en la mayoría de los casos tras dos o tres semanas de intensas molestias.
Preocupación entre los expertos
La mayor preocupación entre los expertos es la magnitud que el actual brote está adquiriendo, con casos confirmados en Reino Unido y Portugal, y ahora también sospechosos en España. Así, el temor está en que el virus está circulando de forma comunitaria entre grupos de hombres que mantienen relaciones homosexuales por lo que por el momento no hay manera de controlarlo.
Ante esta realidad, el sistema de alertas sanitario español ha hecho un llamamiento a las comunidades para que notifiquen lo más urgente posible a los servicios de salud pública los posibles pacientes con síntomas compatibles con la definición del caso. De esta manera, se contempla como “caso en investigación” cualquier paciente “con un exantema vesicular [erupción con ampollas] sin causa explicable en cualquier parte del cuerpo”; que tenga también uno o más de los siguientes síntomas: fiebre superior a los 38,5 grados, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y en las articulaciones, e inflamación de los ganglios linfáticos; y que además cumpla uno de los tres siguientes criterios: haya tenido contacto con un caso diagnosticado en los 21 días anteriores y sea 2un hombre que tenga sexo con hombres” o haya viajado a “África occidental o central en los 21 días anteriores al inicio de los síntomas”.
La viruela de los monos es hasta la fecha una enfermedad muy rara en Europa. Desde que el virus se identificó por primera vez en un ser humano en 1970, todos los casos diagnosticados en el continente lo han sido en personas que habían viajado a zonas endémicas y en sus posteriores contactos estrechos. Hasta el momento, Reino Unido había detectado en las últimas décadas solo algunos contagios locales y fuera del continent eeuropeo, Estados Unidos registró un brote en 2003, con más de 30 afectados, cuyo origen estaba en la importación de mascotas exóticas.
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