Actualmente Madrid cuenta con un perfil de inquilino de entre unos 30 y 45 años, con un nivel de vida estable, con vehículo propio y unos ingresos anuales que rondan los 35.000 y 40.000 euros que, debido a las elevadas condiciones que les piden los arrendadores, no pueden acceder a una vivienda acorde a sus demandas y de forma independiente.
Ahora bien, ¿Cuál es el motivo de que los arrendadores pidan ciertas condiciones, como nóminas superiores a los 3.000 euros o más de dos avales para considerar a sus futuros inquilinos solventes a la hora de firmar un contrato de alquiler? Pues bien, la clave se encuentra en los requisitos que ciertas aseguradoras reclaman al dueño de la vivienda para poder contratar un seguro de impago de alquiler que le proteja ante posibles problemas y les ofrezca posibles soluciones.
Ante esta situación que está “machacando” a los más jóvenes, e impidiendo que avancen y puedan hacer su vida de forma independiente, prnoticias.com se ha puesto en contacto con dos de las aseguradoras que ofrecen estos contratos denominados de impago o protección del alquiler, en concreto con ARAG, para intentar contrastar estas informaciones y conocer de primera mano cuáles son las condiciones reales que implican esto seguros. Sin embargo, ninguna ha querido aportar esta información de primera mano, ni por vía telefónica, demostrando o que quieren ocultar ciertos datos a los medios o que no conocen bien su propio trabajo.
Ambas aseguradoras han confirmado tener que comprobar primero los requisitos que conlleva un seguro de estas características para poder dar una respuesta a nuestro medio, lo que demuestra que además de estar generando un problema tan grave como es el de paralizar el mercado, no tienen conocimiento ni del tipo de pólizas que manejan, ni de lo que estas requieren.
En el caso de CAP ARAG, aunque no se nos ha permitido confirmar los datos, accediendo a su página web hemos podido comprobar las características que un inquilino debe cumplir para poder acceder al alquiler de una vivienda que cumpla con sus condiciones.
Requisitos solicitados a los inquilinos (ARAG)
Lo primero que asegura esta empresa es que para poder contratar este seguro, “es necesario realizar un estudio previo de los inquilinos sean asalariados, autónomos, pensionistas o trabajadores del hogar”. Y para ello es imprescindible contar con: Asalariados: dos últimas nóminas de los inquilinos y contrato laboral, copia del DNI y solicitud de seguro cumplimentada y firmada por los inquilinos/ avalistas y propietario. Autónomos: última declaración de la renta, dos últimos recibos del pago de autónomos a la Seguridad Social, copia del DNI y solicitud de seguro cumplimentada y firmada por los inquilinos/ avalistas y propietario
Pensionistas: último justificante de pensión emitido por la Seguridad Social, copia del DNI y solicitud de seguro cumplimentada y firmada por los inquilinos/ avalistas y propietarios.
Trabajadores del hogar: certificado actualizado de Vida Laboral o, en su defecto, los dos últimos recibos pagados a la Seguridad Social, contrato laboral y dos últimas nóminas o, en su defecto, certificado emitido por el empleador donde se haga constar el importe del salario neto mensual y solicitud de seguro cumplimentada y firmada por los inquilinos/ avalistas y propietario
Unas términos que hay que recordar que son independientes a los que además pide el arrendador de forma particular y que suelen ser, en el caso de los alquileres más bajos: dos sueldos, dos avales y un mes o dos de fianza dependiendo del caso. Todo ello un cúmulo de requisitos y circunstancias que hacen imposible conseguir actualmente un alquiler en Madrid especialmente si hablamos del tipo de cliente que busca una casa de obra nueva, o con una antigüedad máxima de 15 años, con dos o tres dormitorios y en una urbanización que cuente con ciertos servicios como puede ser una plaza de garaje o ciertas zonas comunes.
Mientras tanto los seguros siguen beneficiándose consiguiendo aumentar más los costes de los alquileres para conseguir así llevarse dinero tanto por parte del arrendador como de los arrendatarios y justificando estos gastos siempre en la necesidad del cliente y en su bienestar. Una situación ante la que ni autoridades ni empresarios hacen nada y que tiene como resultado un mercado de la vivienda prácticamente paralizado con jóvenes que no pueden independizarse si no es compartiendo piso o con la ayuda de sus familiares más cercanos.
Algunas de las ministras del Gobierno de Sánchez deberían tomar buena nota. Con una nómina de más de 3.000 euros al mes, para alquilar una vivienda de 1.600 euros. Dos avalistas y el aval de la empresa para la que trabajas.
Seguiremos informando…
