Las irregularidades causantes de la alerta han sido descubiertas gracias a una operación llevada acabo por el Equipo Fiscal y Fronteras de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, en colaboración con la Dirección General de Ordenación e Inspección Sanitaria de la Comunidad de Madrid.
Según explica el Instituto Armado en un comunicado, la detección se produjo en el marco de las inspecciones habituales en materia fiscal que realizan sus agentes. Las autoridades localizaron así en el madrileño barrio de Usera varios productos a la venta en tiendas que incumplían la normativa vigente, por lo que, en primer lugar, retiraron los productos y a continuación pusieron en marcha un dispositivo destinado a localizar los almacenes que realizaban la distribución de los mismos.
Esta investigación permitió a los agentes localizar dos almacenes de donde procedían estos productos. Ambos estaban situados en el polígono industrial Cobo Calleja, Fuenlabrada, donde se almacenaban y distribuían los productos de cosmética y de cuidado personal incumpliendo la normativa vigente. Los titulares de los negocios han sido propuestos para correspondiente sanción administrativa, quedando los productos a disposición de la Autoridad competente. Estas inspecciones han sido realizadas junto a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid
Y como bien ha recordado esta institución los productos cosméticos han de ser seguros en las condiciones de utilización normales. Deben respetar siempre las normas de composición y etiquetado previstas, mostrando las funciones del producto, el modo de empleo, las precauciones durante su empleo, el número de lote, fecha de caducidad, listado de ingredientes, etc.
¿Quiénes son los encargados de vigilar los cosméticos?
La cosmetovigilancia es la “actividad destinada a la recogida, evaluación y seguimiento de la información sobre los efectos no deseados observados como consecuencia del uso normal o razonablemente previsible de los productos cosméticos”. Mediante este sistema, se “recepciona, registra, evalúa y se hace un seguimiento de todos los casos de efectos no deseados relacionados con productos cosméticos”.
En el caso de España, los productos de consumo en general implican a varios organismos reguladores tanto estatales como autonómicos, además de a las Fuerzas de Seguridad. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), como agencia estatal adscrita al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, es la principal responsable de garantizar las labores de cosmetovigilancia.
En concreto, “el Sistema Español de Cosmetovigilancia contemplado en el artículo 16 del Real Decreto 85/2018 es una estructura que coordina la AEMPS y que integra específicamente las actividades realizadas por la propia AEMPS, por las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas y por los profesionales sanitarios en la notificación, recogida, evaluación y seguimiento de los efectos no deseados producidos por productos cosméticos”. han precisado los expertos.
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