La alta dirección de Prisa tuvo que emplearse a fondo para frenar la jornada de huelga en El País en unos días clave para la empresa hasta el punto de ceder –por el momento– en el compromiso de negociación por un conflicto generado a causa de la entrada de José Miguel Contreras en el grupo.
Joseph Oughourlian y Miguel Barroso no respiraron tranquilos hasta el lunes pasado, a las nueve de la noche, cuando la cuenta de Twitter del Comité de Empresa de El País confirmó un tuit del día anterior y desconvocó las jornadas de huelga previstas para esta semana. Unas jornadas que, de haberse producido, hubieran empeñado unos días clave para el Grupo Prisa: la celebración de la Junta de Accionistas y la Cumbre de la OTAN en Madrid.
La causa de esta huelga que, por el momento, ha quedado en ‘stand by’ tiene que ver con la entrada de José Miguel Contreras y su LaCoproductora en Prisa Media. Esto, según las previsiones, supondría la subrogación del 3,5% de la plantilla. Una medida que puso en pie de guerra a los comités de empresa de As, Cinco Días, Factoría, Prisa Media, Prisa Radio y El País, ya que la propuesta es que Contreras y su empresa asuman la producción audiovisual del Grupo.
Hasta la semana pasada, la alta dirección de Prisa se mostraba anclada en el ‘no’ a las propuestas de los trabajadores. Sin embargo, la situación se complicó porque, según fuentes internas, no pensaban que se llegase a una serie de jornadas de huelga en una semana crítica.
Junta de Accionistas y Cumbre OTAN
La alarma saltaba al ver que la convocatoria iba en serio y amenazaba con paralizar la web de El País en plena celebración de la Cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. Pero, sobre todo, ponía en riesgo la Junta de Accionistas del grupo. Un evento que siempre resulta tenso hasta que concluye, ya que se presta a posibles acciones o preguntas comprometidas. Y ambas podían ser plausibles: desde protestas de trabajadores disconformes a planteamientos de cuestiones relacionadas con las actividades de directivos como el propio Oughourlian, ahora en la picota por ser el caballo de Troya del Ejecutivo en Indra.
Además, la Junta ha servido para, fuera del orden del día, expulsar bajo cese al accionista Roberto Alcántara, último vestigio de los tiempos de Juan Luis Cebrián. Lo que no ha pasado desapercibido es el hecho de que la medida se ha tomado a propuesta del Grupo Alconaba, entrado meses atrás en el accionariado al hacerse con el paquete de Telefónica en Prisa. Y es que se da la circunstancia de que dicho grupo cuenta con Andrés Varela, exsocio de Contreras y miembro del clan de los Migueles, como portaestandarte.
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