El último mes del verano 2022 ha batido un récord preocupante en el número de muertes por exceso de temperaturas. Hasta el día 30, según informa el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, han sido 4.563 el exceso de personas fallecidas por todas las causas, de las cuales 1.604 han sido atribuibles al calor.
El MoMo es un sistema que calcula el número de muertes atribuibles al calor como la diferencia entre la mortalidad estimada sin episodios de exceso de temperatura y el mismo valor cuando los termómetros suben por encima de lo normal. Lo hace a partir de datos reales de las partidas de defunción de los registros civiles, de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Para que una muerte pueda ser contabilizada oficialmente como “golpe de calor” tiene que constar como tal en el certificado de defunción. Y, como este dato no se conoce inmediatamente y pueden pasar hasta tres meses hasta que se codifica, el impacto del calor sobre la mortalidad en tiempo real se mide recurriendo a la mortalidad atribuible, una estimación a través de modelos y análisis epidemiológicos.
2.223 muertes en julio
A pesar del récord registrado en agosto, los datos han sido mejores que los registrados en julio, mes en el que se estima que se produjeron un total de 2.223 muertes por exceso de temperaturas. Así, las cifras indican una reducción aproximada del 28% entre ambos meses de verano, pero debemos tener en cuenta que los expertos apuntan a los episodios tempranos de olas de calor y a los primeros meses de exposición a estos fenómenos como los más mortíferos por lo que los datos de agosto son inusuales.
Algo a resaltar es que, a pesar de que España no ha atravesado ninguna ola de calor en el mes de agosto, el Panel MoMo muestra una llamativa concentración de muertes entre los días 4 y 8, y los días 13 y 16. Unos datos que se pueden demostrar a través del Índice Kairós, un sistema de vigilancia de la mortalidad diaria asociada a la temperatura que tiene en cuenta las temperaturas normales y los diferentes umbrales de disparo de la mortalidad por calor en cada una de las provincias.
De esta manera, su ha podido confirmar que, durante esta primera semana de agosto, algunas provincias como Madrid, Pontevedra, Jaén y Barcelona estuvieron en alerta de riesgo alto por mortalidad. Y, antes de que se produjera la segunda concentración de fallecimientos, coincidiendo con el puente de agosto, el índice puso en alerta por riesgo alto a seis provincias (Alicante, Castellón, Zaragoza, Huesca, Barcelona y Madrid) y en riesgo moderado a Navarra.
69 muerte al día durante las olas de calor
Ahora bien, y durante las olas de calor, ¿qué sucede? Pues que las muertes por altas temperaturas se elevan concentrándose en un mismo periodo de tiempo que habitualmente marca el número más llamativo de todo un mes
En España, según se desprende de un artículo publicado a mediados de agosto en el blog de AEMET, cada vez hace más calor y cada vez llega más pronto. Así, los técnicos José Ángel Núñez y Rubén del Campo señalan que el trimestre compuesto por mayo, junio y julio ha sido más cálido que el 60% de los veranos de nuestro país. En este tiempo, el MoMo registró unas 3.100 muertes atribuibles al calor; cinco veces más que en el mismo periodo de 2021 y 1.050 más que 2015, el año con el recuento más alto a esa altura del verano. “Más que una alarma directa, el MoMo nos permite comprobar de manera indirecta cuántas muertes se están produciendo, así como su impacto sobre determinadas patologías”, explica Zurriaga.
Además, el efecto del exceso de temperatura en la mortalidad se observa sobre todo durante las tres olas de calor de los últimos meses. Se estima que en 25 días de exceso de temperatura se han producido algo más de un tercio de todas las muertes atribuibles a este fenómeno; lo que equivale a 69 muertes cada uno de esos días.
Durante la primera ola de calor, especialmente temprana entre el 11 y el 18 de junio, se produjeron 373 muertes atribuibles al exceso de temperatura. En la segunda, que destacó por su intensidad, extensión geográfica y duración, el recuento se eleva a 845 decesos, lo que quintuplica las muertes relacionadas con el calor que se contabilizaron durante una ola registrada en las mismas fechas de 2021.
Y, por último, la estadística revela otro repunte de 575 muertes atribuibles al exceso de temperatura durante el fuerte episodio de calor registrado entre el 30 de julio y el 6 de agosto. Sin embargo, este verano, en concreto, se han estado produciendo muertes relacionadas con el calor cada semana desde hace más de dos meses.
Ante tal situación, el experto Zurriaga insiste en que en datos como el exceso de mortalidad asociado al calor de este año deberían dejar sin argumentos a quienes niegan el cambio climático y sus efectos sobre la salud. Son “un aviso perentorio de la necesidad de tomar medidas y cambiar de hábitos”, ha afirmado.
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