En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), padecen migraña alrededor de 5 millones de personas, de los cuales 1,5 millones la sufren en su forma crónica, es decir, experimentan dolor de cabeza más de 15 días al mes.
Pero, ¿qué es la migraña? Se trata de un tipo de enfermedad neurológica en la que los pacientes sufren una cefalea de gran intensidad, aguda y recurrente, que suele tener una duración de entre 2 y 72 horas, y que se manifiesta, a menudo, con un dolor intenso que afecta a un solo lado de la cabeza. Además, en los casos más graves, este dolor puede venir acompañado de náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz. En algunos pacientes, además, es posible ver un conjunto de signos de advertencia como la visión borrosa o destellos luminosos que aparecen antes del dolor de cabeza.
Debido a esto, no solo se trata de uno de los tipos de dolor de cabeza (cefalea primaria) más frecuentes, sino que también es uno de los que generan una mayor discapacidad entre quienes la padecen. A nivel europeo, afecta a alrededor del 14% de la población, principalmente a mujeres (80% de los casos, aproximadamente) de mediana edad. Al mismo tiempo, se estima que el 9% de los niños y jóvenes europeos padecen migraña, siendo, de nuevo, más frecuente en las niñas (9%) que en los niños (5%).
Existencia de una alteración neurológica
Ahora bien, las causas de la migraña aún no están del todo claras, pero todo parece apuntar a la existencia de una alteración neurológica en el procesamiento de los estímulos dolorosos por parte de los pacientes, con un claro componente hereditario. Se estima que la enfermedad tiene una heredabilidad del 42%, ya que se han identificado más de 40 marcadores genéticos relacionados con la migraña. De esta forma, la alteración y predisposición genética unida, a otros factores o circunstancias, precipitan o desencadenan las crisis de dolor de cabeza.
“Aunque se han descrito numerosas circunstancias o situaciones que pueden actuar como precipitantes de crisis de migraña, porque éstas no afectan de igual manera a todos los pacientes, los más habituales son los hormonales (75%), el estrés (71%) y los relacionados con las alteraciones en el patrón de sueño (68%). Pero también otros como el consumo de alcohol, tabaco, el ayuno, cambios atmosféricos o el ruido” ha explicado el coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, Pablo Irimia.
Concretamente, a estos factores ambientales y personales se achacan las diferencias de prevalencia que existen entre las distintas comunidades autónomas en España. Por ello, el experto ha recordado que identificar los factores precipitantes de las crisis de dolor de cabeza y tratar de evitarlos es el primer paso para el tratamiento de esta enfermedad,. Es decir, todo comienza por un diagnóstico correcto.
Falta de concienciación
Y es que, como sucede con muchas otras patologías, a día de hoy existe una gran falta de concienciación por parte de la sociedad, que no consideran su cefalea como motivo de consulta médica, lo que hace que la SEN estime que más de un 40%de las personas que padecen migraña en España estén aún sin diagnosticar. También se ha estimado que el paciente puede tardar más de 6 años en recibir el diagnóstico, y que pueden pasar hasta 14 años desde la primera crisis de migraña hasta la primera consulta con atención especializada.
Esto hace, según confirma Irimia que, “esta falta de diagnóstico y por lo tanto de tratamiento adecuado, unido a la automedicación, sea la principal causa de cronificación de la migraña. Y, cada año, un tres% de la población española que padece migraña episódica pasa a tener una migraña crónica, que no solo es más discapacitante, sino que también hace que su tratamiento sea más complicado”.
Además, es importante tener en cuenta que las personas con migrañas suelen presentar numerosas comorbilidades asociadas a esta patología como trastornos vasculares, enfermedades neurológicas, trastornos psiquiátricos y psicológicos o trastornos del sueño Por ejemplo, el 50% de las personas con migraña padecen estrés, más del 30% insomnio y/o depresión, y más del 20% ansiedad.
De esta manera, “para reducir el impacto de la migraña, desde la SEN consideramos prioritario, no solo promover el diagnóstico precoz y aumentar la concienciación sobre esta enfermedad y su impacto, sino también fomentar el tratamiento temprano y adecuado y promover la prescripción de tratamientos preventivos” ha concluido el experto para Europa Press.
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