El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, según la Organización Mundial de la Salud. Y es que, durante el año 2020, 3.941 personas se quitaron la vida en nuestro país, aproximadamente 11 personas al día. Lo que convierte al suicidio es un grave problema de salud que afecta a toda la sociedad y que continua considerándose un tema tabú en muchos ámbitos.
Por ello, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra este 10 de septiembre, Salud Mental España ha lanzado una campaña de sensibilización con recomendaciones para prevenir el suicidio dirigidas a adolescentes y jóvenes, padres y madres y personal de centros educativos, detallando además, una serie de factores de riesgo que se pueden relacionar con la conducta suicida.
Esta iniciativa, en concreto difundirá consejos bajo el ‘hashtag’ ‘#ConectaConLaVida’, en una campaña financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Además de haber realizado en los días previos una labor de difusión de materiales con información sobre el suicidio, orientados a romper con tabús y falsas creencias.
Además, en esta campaña, Salud Mental España traslada la idea de que ‘Con el suicidio NO hay CTRL+Z, no hay vuelta atrás’, que el suicidio es una medida definitiva ante un problema temporal, algo que debemos hacer entender a las personas desde la infancia.
En 2020 se suicidaron en España 3.941 personas
Unos datos que representan un 7,4% más que en 2019 y, de las cuáles, tres de cada cuatro fueron hombres (2.931 personas). Cifras que hablan de una dramática realidad que sigue en aumento, de manera que las muertes por suicidio casi triplican los fallecimientos por accidente de tráfico. Por cada persona que se suicida, al menos otras seis se ven íntima y profundamente afectadas.
Aunque, desde el pasado 10 de mayo el Ministerio de Sanidad puso en marcha el teléfono 024 contra el suicidio, este servicio junto con el Teléfono de la Esperanza o la Asociación La Barandilla no han sido suficiente para evitar que muchas personas cometan el acto suicida y reconsideren su situación.
Y es que, por ejemplo, la situación entre la población adolescente y joven ha empeorado: trescientas personas de entre 15 y 29 años decidieron terminar con sus vidas en 2020, y en 2021, según un estudio, la ideación suicida entre personas de 15 a 29 años se incrementó un 53%, llegando a ser 9 de cada 100 jóvenes quienes experimentaron ideas de suicidio ‘continuamente o con mucha frecuencia’, cuando en 2019 esa proporción era del 5,8%.
Entre los factores que más riesgo suponen para esta población infanto-juvenil encontramos: abusos, acoso, violencia o discriminación de cualquier naturaleza, el consumo de drogas, tener depresión o algún trastorno mental, el duelo por separación de padres/madres, por cambio de centro educativo, el suicidio de figuras referentes, o carecer de habilidades sociales. Aunque, entre estos, el más habitual actualmente es el acoso escolar ya que sufrir ‘bullying’ es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, y a su vez constituye un factor de riesgo para la aparición de experiencia suicida.
“Entre las personas jóvenes, el suicidio ya es la segunda causa de fallecimiento, es urgente recuperar la dimensión humana de las personas, y tender la mano a quien siente que no puede ya más” ha asegurado el presidente de la organización, Nel González Zapico. Añadiendo que, además, necesitamos que se dote de presupuesto la Estrategia de Salud Mental que contiene una línea específica sobre prevención del suicidio, así como transformar las condiciones de vida (sociales, económicas o de salud) de las personas para garantizar la preservación de su derecho principal, que es la vida”.
Y, cobre la prevención de los suicidios e intentos de suicidio en la población infantil, adolescente y juvenil, la psicóloga del Servicio de Apoyo a la Inserción Laboral de la Asociación española de apoyo en psicosis (AMAFE), Paula Gª Valverde Fonsecaha ha insistido en ‘hablar, hablar y hablar’. “Hablar abiertamente sobre el suicidio, sobre la salud mental y sobre los autocuidados físicos y psicológicos. Hablar con conocimiento, hablar mucho, informarse mucho. Es importante, para esto, el fomentar las habilidades sociales y de resolución de problemas para poder pedir y recibir la ayuda que toda persona merece”, ha concluido la experta.
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