Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio celebrado este sábado, 10 de septiembre, el Ministerio de Sanidad convocó el acto de Esperanza y acción contra el silencio. Salud mental y suicidio en jóvenes adolescentes, en el que participaron grandes cargos y personas que centran su actividad en luchar contra “el estigma que envuelve el suicidio”, o así lo describieron estos profesionales, entre ellos Carolina Darias, ministra de Sanidad.
El acto comenzó con una primera mesa redonda centrada en el estigma y en la prevención de los más jóvenes, en la que, Alba Ruipérez, artista y protagonista del documental La palabra maldita, aplaudía la instauración del 024 como línea telefónica de atención a la conducta suicida, pero como joven que ha vivido dos intentos de suicidio en sus propias carnes afirmaba que, “nadie sabe lo complicado que es en ese momento decir que vas a llamar. Hay muchos teléfonos, pero cuando estás con la idea de suicidarte es muy complicado llamar. Por tanto, lo que hay que hacer es prevenir para que no sea necesario llamar a estos tres dígitos”.
Por ello, ante tales afirmaciones la ministra aplaudió la sinceridad y aseguró que a partir de ahora el 024 también contará con un chat. “Quien no pueda o no quiera llamar, que nos escriba”, afirma Darias. Y es que, como se reiteró en este acto, “el teléfono contra el suicidio es importante, pero más lo es la prevención, ya que es muy complicado llamar cuando se quiere acabar con la vida”.
Más de 700 casos atendidos por el 024
Aprovechando la ocasión, Darias ha asegurado que, en apenas cuatro meses de vida, la línea telefónica 024, con un servicio diario y permanente, ha atendido a más de 43.000 llamadas. Y, con esta comunicación “e ha derivado a los servicios de emergencias más de 1.700 llamadas y se han detectado más de 700 casos de riesgo”, añadía.
Del mismo modo, la ministra destacó la elaboración de Códigos de Conducta Riesgo de atención a la conducta suicida para seguir avanzando y “poner herramientas que permitan prevenir esas conductas y ayudar a la gente a dejar de sufrir”. Un objetivo al que va dirigido el Plan de Acción 2022-2024, que contará con una inversión de 100 millones de euros.
Además, en esta misma línea, la ministra hizo hincapié, una vez más, en la importancia de concienciar a las personas y a los profesionales para que se conozcan las señales (que signifiquen peligro) para así “elaborar diagnósticos tempranos, además de reforzar la atención primaria”.
Según contaba al respecto de la concienciación Ruipérez, durante sus años de carrera de Bellas Artes utilizaba los trabajos de clase para expresar sus preocupaciones y angustias. Por ello, invitó a los profesionales a concienciar a los alumnos en clase para que “pongan nombre a sus emociones”.
Hasta el momento, como bien recordó Darias, se han conseguido poner en marcha diversas acciones dirigidas al cuidado de la salud mental como por ejemplo: la actualización de la Estrategia de Salud Mental y la creación de la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente, con la incorporación de las primeras 20 plazas en la próxima convocatoria MIR 2022/2023.
La importancia de identificar las emociones en los más pequeños
Esta última cuestión subraya la importancia de concienciar a los menores -y no tan menores- para que sepan identificar sus emociones. Y es que, “uno de cada siete adolescentes en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado”, defiende Carmen Molina, directora de sensibilización y políticas de infancia en UNICEF España, Un aumento de trastornos que lleva a que entre los que reciben ayuda y los que no, cada año se suiciden casi 46.000 adolescentes.
Edades difíciles en las que el 70% de los trastornos diagnosticados se inicia en la etapa infantojuvenil. Por lo que, es fundamental encontrar personas que empaticen y comprendan los problemas. Y aquí entra en juego el entorno, y en primer lugar la familia ya que son los que van a estar ahí después de una tentativa de suicidio.
Dicho esto, y tras expresar las necesidades existentes en la educación a los más jóvenes, los vocales de Esperanza y acción contra el silencio concluyen coincidiendo en la falta de formación de los profesionales y del entorno de los niños, así como en la necesidad de acabar con el estigma que rodea a la conducta suicida en todas las edades.
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