¿Estamos ante el primer gran traspiés de los ‘Barroso’s boys’ que están haciendo negocio al socaire del sanchismo y del ourghoulianismo? La pregunta es retórica porque todo el sector audiovisual y sus conexiones políticas han dictado sentencia: la serie a mayor gloria de Pedro Sánchez, va camino del abismo por una razón muy simple: las televisiones y las plataformas no tienen interés en su emisión.
La culpa -al menos indirecta- es de Alberto Núñez Feijóo, a quien los poderes fácticos y una buena parte de la opinión pública ven cada vez más cerca del Palacio de la Moncloa. Dicho en claro: Sánchez está amortizado. Nadie quiere mojarse con un producto claramente propagandístico. Cosa lógica, por otra parte, aunque no hay que descartar que acabe en alguna plataforma y se publicite como una forma de llegar a un público “más amplio”.
Esto afecta a los dos principales promotores públicos de la serie: Raúl Berdones (Secuoya) y Andres Varela (The Pool). Dos nombres sobre los que ha pivotado una serie que no pocos consideran inspirada por otros ‘cerebros’, los de Miguel Barroso y José Miguel Contreras, asesores del presidente en cuestiones de imagen y medios.
El clan Barroso
La situación de ‘Las cuatro estaciones’, de confirmarse su no emisión, supondría una ‘cagada’ del clan, que Barroso ha agrupado en torno a Prisa, la nueva Globomedia que Oughourlian ha dejado crecer a la sombra del antiguo emporio mediático de Jesús Polanco. ¿Nos encontraremos algún día con que la conquista de Indra por parte del capo de Prisa se ha debido mucho a las buenas relaciones de su subordinado Barroso con el Poder monclovita? Por favor contesten.
En cualquier caso, Oughourlian ha permitido que Barroso haya convertido Prisa en un lugar sagrado al que acogerse: Contreras y Fran Llorente en lo audiovisual, Varela como accionista y miembro del Consejo, Pepa Bueno y Ángels Barceló (muy ligadas a Barroso) como mascarones de prosa de ‘El País’ y la SER… Y esa permisividad con Barroso y su clan no va a ser olvidada por algunos, que, además, se han visto damnificados -tanto en Prisa como en Indra- por la ambición del francés y sus muñecos.
La matrícula de Berdonés.
Pero, sin duda, más pintoresca es la situación en que queda el otro ‘partner’, Raúl Berdonés, el que en su momento fuera la joven gran promesa del panorama audiovisual español y que ha demostrado ser y estar muy muy nervioso. Lo de Berdonés, en los últimos tiempos, es una carrera hacia no se sabe dónde, pero con una línea clara: el tiempo ha ido echando agua a su tinaja de vino. Pero se queda sin los que saben y conocen de televisión, a los que echa al modo y manera de Blas el de KISS.
El granadino, que antes se ufanaba en todos los foros públicos y privados, de ser un ‘self made man’ que había mamado lo audiovisual desde pequeño, se ha convertido en un sujeto al que algunos ya no reconocen ni mamando en lo audiovisual. Atrás quedaron ambiciosos proyectos y unas vinculaciones políticas que le situaron como presunto productor de referencia del ‘marianismo’. Por eso en el PP -entre otros sitios- se quedaron a cuadros al conocer que su Secuoya se prestaba a participar en un proyecto propagandístico de ese calado y desvergüenza. Y es por eso mismo que algunos de los fieles del entorno de Alberto Núñez Feijóo, también le han tomado la matrícula.
Al fin y al cabo, entre los populares hay quienes todavía recuerdan cómo su empresa recibió una licencia de televisión para Ten o cómo Secuoya sigue operando la televisión murciana del Gobierno de López Miras o abrevando en la Canal Sur de Juanma Moreno. Eso sin olvidar amistades atribuidas con ex políticos populares de escasa sintonía con la actual dirección como Vicente Martínez Pujalte o ‘cripto’ Teodoro García Egea. Y, como señalan algunos ‘genoveses’, Feijóo sí tiene memoria.
Que se lo pregunten a Pablo Montesinos. ¡Qué vergüenza de Montesinos! ¡Qué castaña de Montesinos!
P.D. NODO lala lalalalala laaaaa sólo para los que se sepan la música.
Seguiremos Informando…