Jorge Javier Vázquez y compañía tienen pocos motivos para la alegría y el alboroto. A pesar de verter toneladas de sarcasmo a costa de una Tamara Falcó a la que denostaban un día antes, lo cierto es que ‘Sálvame Naranja’ no despuntó de su media habitual en el mes de septiembre. Ni el limón, ni el mandarina, ni el sandía… ¡NO FUNCIONA!, ya ni las viejas que no oyen pero que se divertían con las gañanadas de la Esteban, la Aguirre, o al que tocase putear.
Y es que los datos de audiencia de ‘Sálvame Naranja’ no son para tirar cohetes, ya que llevan oscilando entre el 12,3% en su cuota más baja y llegando a un máximo de 14,8% el día de la llamada de Falcó. Por tanto, el telefonazo de Falcó (los ‘cuernos de España’, según expresión popular) tampoco resultó ser un cataclismo que incrementara el share del espacio.
En realidad, y según señalan fuentes de Mediaset, ‘Sálvame’ optó por hacer una de sus estrategias habituales: la de hinchar algo que no tenía ninguna entidad. Y, al parecer, la maniobra estaría dirigida, sobre todo, a contentar al consejero delegado, Paolo Vasile y su niña.
Como destacan en la cadena de Fuencarral, el problema ha sido tener una llamada de Falcó un día puntual y promocionarla como si fuera un terremoto, cuando la competencia cuenta con ella de forma habitual.
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