La alarma comenzó este pasado viernes cuando una joven de 16 años e la localidad de Corral del Almaguer (Toledo) falleció después de haber inhalado el gas isobutano procedente de un mechero. Así lo confirmaron fuentes del servicio de emergencias 112 de Castilla-La Mancha, alertados del incidente que tuvo lugar en el parque municipal de la localidad de Corral de Almaguer.
Y es que, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, los “inhalantes” son un grupo de sustancias volátiles que producen vapores químicos que se pueden inhalar para provocar efectos psicoactivos o de alteración mental. Entre ellos encontramos disolventes volátiles, aerosoles, gases y nitritos. Lo cierto es que este grupo de sustancias de uso recreativo como el pegamento, el hidrocarburo, el óxido nitroso o las sustancias volátiles del corrector líquido o barnices son utilizadas sobre todo por gente joven porque se trata de gases que “colocan” al inhalarlos.
En concreto, según la última Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (Estudes) En 2021, el 1,8% de los estudiantes de secundaria de España de entre 14 y 18 años afirmaron haber consumido alguna vez en la vida este tipo de sustancias, con una edad media de inicio de consumo de 15 años. Y, en cuanto a como han variado estas actividades lesivas para la salud en los últimos años, el estudio confirma que la cifra se ha duplicado desde 2014.
¿Cuáles son los efectos que se consiguen al inhalar el gas de un mechero?
Algunos de los efectos irreversibles que puede provocar la inhalación de este gas, conocido como gas azul, son la pérdida de audición, la neuropatía y otros daños en el sistema nervioso central. Además, la aspiración de dosis concentradas de butano puede provocar la muerte desde la primera toma, producida por insuficiencia cardiaca o por asfixia, puesto que el componente desplaza el aire de los pulmones.
Además, quien inhala este gas podrá presentar sensación de fatiga, pérdida transitoria de la visión, trastornos de conducta, nauseas, vómitos, trastornos de la coordinación motora o cuadros de alucinaciones.
Ahora bien, este reciente suceso de la adolescente de Corral de Almaguer tan solo representa el último caso de una serie de prácticas que se dan de forma repetida y cuyos precedentes se pueden rastrear con facilidad en países de Europa o América.
Por ejemplo, el pasado 30 de agosto entró en vigor en todo el estado de Nueva York la ley que prohíbe la venta de botes de nata montada a los menores de 21 años. El motivo: evitar que los adolescentes inhalen el óxido de nitrógeno que contienen los frascos. Otra práctica, que realizándose de forma recurrente, causa bajadas de tensión, desmayos, pérdidas de memoria e incluso psicosis.
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