Los idiomas solo tienen dos enemigos: quienes los prohíben y quienes los exigen y eso sucede en España con el catalán, la lengua que se habla en Cataluña y cuyo uso a día de hoy sigue dando mucho que hablar. En lo referente a la opinión pública ya son varios las polémicas que por este tema han sacudido a TV3, la cadena de televisión pública de Cataluña cuyo contenido se emite en catalán, lengua coficial de esta región.
En concreto, la última polémica a recordar y no por ello menos importante, fue la protagonizada por la exportavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo. La política ‘popular’ acudió al programa FAQS de la televisión autonómica catalana TV3 y antes de empezar la entrevista dirigida a la promoción de su nuevo libro Políticamente indeseable , hizo unas declaraciones que se hicieron virales.
“Ustedes han decidido que esta entrevista se desarrolle en catalán y me han llamado muy amablemente del programa para preguntarme si quería utilizar un pinganillo“, dijo Álvarez de Toledo. A lo que añadió que “yo he explicado que no quería un pinganillo, yo espero entender prácticamente todo lo que usted me diga, quizás haya alguna cosa que no, pero que no utilizaría un pinganillo porque entre españoles no utilizamos pinganillos, que eso es como dar a entender que somos extranjeros entre nosotros o que el castellano es una lengua extranjera en Cataluña”.
Una respuesta que no terminó ahí, puesto que Álvarez de Toledo aprovechó la ocasión para hacer entender a los españoles la importancia de una lengua común a todos y los beneficios de saber cuándo y donde emplearla. Según afirmó la exportavoz, “El castellano es no solamente la lengua común, que nos permite a personas como usted, como yo, como a todos los catalanes, todos los españoles, incluso más allá de España, comunicarnos entre nosotros, sino que, en este caso, además, es la lengua mayoritaria de Cataluña”.
Y es que, dentro de un miso país, cuando se tiene la posibilidad de comunicarse con una misma lengua, la comunicación y las relaciones se transforman en algo más fluido y como bien destacaba Álvarez de Toledo, “es un gesto de cordialidad utilizarla. Pero es verdad que el nacionalismo tiene una difícil relación con la cordialidad. Incluso llega a ser muchas veces incompatible con la cordialidad”.
Pues bien, este es uno de los tantos ejemplos que se pueden poner del debate que genera todavía, a día de hoy, esta lengua autónoma. Una cuestión del pasado, del presente y que seguirá marcando el futuro, pues mientras unas defienden con uñas y dientes el sentimiento de unidad a través de algo tan simple como es el lenguaje, otros, como el propio Luis del Olmo, como dirigente de Onda Rambla, dejó claro la falta de inmersión lingüística en Cataluña, lo que, según él, supondría un mal presagio para su lengua de origen.
En definitiva, usar la lengua como arma política solo juega en contra de la misma lengua, porque las lenguas solo tienen dos enemigos: quienes las prohíben y quienes las imponen.
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