El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha hecho pública este viernes la resolución definitiva de la línea de ayudas a proyectos estratégicos para la transición industrial del sector farmacéutico y del sector de productos sanitarios. En concreto, repartirá 11 millones de euros del PERTE ‘Salud de Vanguardia’ a 17 planes presentados por la industria farmacéutica. La distribución de estas ayudas públicas irán, fundamentalmente, a proyectos ubicados en las comunidades autónomas de Cataluña, Castilla y León y País Vasco.
A pesar de que la convocatoria de concesión de ayudas recibió un total de 26 solicitudes por parte de 24 empresas. Finalmente, se han seleccionado como ganadores 17 proyectos de laboratorios como Faes Farma, Laboratorios León Farma, Vivebiotech, Sincrofarm, Laboratorios Liconsa, Urquima, o Vecmedical Spain, entre otros. Todos ellos elegidos gracias a que sus acciones se enmarcan en el ámbito de la economía circular y ecoinnovación; descarbonización; eficiencia energética; nuevas fuentes de energía renovable y reducción de emisiones contaminantes, materiales y productos avanzados; innovación en procesos de calidad y seguridad e innovaciones del proceso productivo derivadas de la prioridad de materiales y productos avanzados.
Se trata, por tanto, de la primera convocatoria para apoyar proyectos de innovación industrial. Pero, según , anunció la propia ministra de Industria, Reyes Maroto, durante el encuentro ‘El medicamento y el valor social de invertir en sanidad’, organizado por Farmaindustria habrá una segunda: “Estamos redactando la siguiente convocatoria que saldrá a principios de 2023”.
Una inversión que sigue aumentando
Al parecer, la pandemia del Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión en la notoriedad del sector, ya que 9 de cada 10 españoles, según la última encuesta realizada por IPSOS confiesan que desean conocer más sobre los laboratorios, o incluso demandan que estas compañías compartan más información sobre ellas y su actividad. Una búsqueda de conocimiento que se traduce, a su vez, en mayores beneficios.
Así, cabe recordar en esta línea que, a principios de este mes, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunciaron un incremento de la inversión pública en el PERTE ‘Salud de Vanguardia’. Así, pasará de los 982 millones planeados inicialmente a los 1.500 millones.
Un proyecto estratégico, presentado en noviembre de 2021 por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que preveía una inversión de 1.469 millones de euros en el periodo 2021-2023, con una contribución del sector público de 982 millones de euros y una inversión privada de 487 millones de euros.”Vamos a pasar de 982 millones de euros a más de 1.500 de inversión pública. Lo hemos podido hacer sumando las iniciativas de distintos ministerios, igual que en el primer diseño del PERTE, y también por los Presupuestos Generales del Estado para 2023″, destacó Morant.
Las farmacéuticas después de la pandemia
Incluso tras la declaración del presidente Biden sobre el fin de la pandemia del Covid-19 en septiembre, las grandes empresas farmacéuticas han tenido una rentabilidad bastante buena. Un hecho que se debe principalmente a que las empresas farmacéuticas ofrecen un refugio seguro para los inversores en tiempos de incertidumbre. Sus actividades son muy resistentes a las desaceleraciones económicas. Sin embargo, para los productores de vacunas contra el Covid específicamente, las reacciones han sido más diversas.
En el caso de España, es conocida en la comunidad inversora por ser la sede de algunas empresas muy interesantes. Hay que mencionar, obviamente, a Grifols, líder mundial en derivados del plasma. También a Rovi, que estuvo a la vanguardia de la lucha contra el Covid-19, gracias a su acuerdo de suministro con Moderna. Asimismo, Almirall, que el año que viene buscará la aprobación de un prometedor fármaco contra un trastorno cutáneo masivo (la dermatitis atópica) junto con su socio estadounidense Lilly.
En esta selección, aunque es cierto que las empresas más pequeñas son, sin duda, más ágiles y tienen una gran capacidad de innovación, para que estas innovaciones lleguen a los pacientes, parece necesario que los grandes actores estructurales también son necesario.
Dentro del sector, actualmente hay ciertas áreas de interés. Las enfermedades infecciosas son una de ellas, con la aparición de nuevas vacunas y medicamentos antivirales. La obesidad y la enfermedad de Alzheimer serán temas clave de debate el próximo año, mientras que la oncología y las enfermedades raras seguirán siendo objeto de atención. En el ámbito de la tecnología médica, las empresas dedicadas a la cirugía volverán a los niveles anteriores a la crisis.
Y también es importante mencionar las nuevas tecnologías y enfoques de las pruebas, como la secuenciación de próxima generación o la biopsia líquida, que podrían conducir a diagnósticos más tempranos y mejores y, en última instancia, a mejorar el resultado para los pacientes.
Con esto, ¿qué pueden los inversores esperar de este sector? A corto plazo, será, sin duda un sector defensivo en el entorno actual gracias a su solidez y visibilidad. A largo plazo, se cree que el sector ofrece un crecimiento sostenido tanto de los ingresos como de los beneficios a medida que las crecientes necesidades sanitarias se satisfacen con tratamientos innovadores. Y es que, a menudo se pasa por alto la capacidad de innovación del sector y creemos que es importante subrayar una vez más que la sanidad es una de las industrias más intensivas en I+D y que sus innovaciones tienen un impacto duradero en las vidas humanas.
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