Los Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña -los hospitales universitarios Fundación Jiménez, Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba- han organizado recientemente la primera jornada de su Escuela de Incontinencia, bajo el título “¡Que no se te escape! 2022”, con el objetivo de abordar las pérdidas de orina y heces involuntarias desde una visión multidisciplinar.
Dirigido a pacientes y a población general, en el encuentro, que se celebró en formato híbrido -presencialmente en el Aula Magna de la Fundación Jiménez Díaz y en streaming a través del canal de Youtube de Quirónsalud- se compartieron y explicaron todo tipo herramientas que ayudan a mejorar la prevención y el autocuidado de las patologías relacionadas con el suelo pélvico.
“Las patologías del suelo pélvico son todas aquellas que afectan a las vísceras pelvianas y los músculos que las sustentan, tanto en hombres como en mujeres”, explicó la Dra. Raquel González López, especialista del Servicio de Urología del hospital madrileño, añadiendo que “estas afecciones requieren un estudio básico para conocer el tipo de incontinencia del que se trata y aplicar así el tratamiento más adecuado”.
Además del manejo terapéutico a seguir, “es fundamental la colaboración e implicación de los pacientes en el abordaje de su enfermedad, ya que el compromiso de estos mejorará los resultados del tratamiento, puesto que el autocuidado es imprescindible en una sociedad en la que los pacientes tienen cada vez más conocimientos y capacidad de decisión”. puntualizó la especialista.
Desde el área de Ginecología, la incontinencia urinaria se afronta de manera integral, teniendo en cuenta todos los aspectos que afectan a la mujer, “tanto a nivel anatómico y funcional del aparato urogenital, como del ámbito emocional y la función sexual”, señaló la Dra. Amalia Cañadas, especialista de este servicio en la Fundación Jiménez Díaz. Igualmente, la ginecóloga aconsejó tres pautas esenciales para su prevención y mejora en el autocuidado: controlar el peso corporal, realizar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico y evitar todos aquellos hábitos que puedan alterar la función los órganos y elementos de soporte del suelo pélvico (ingesta de sustancias estimulantes, grandes esfuerzos físicos, estreñimiento o hábitos miccionales perjudiciales, entre otros).
Incontinencia fecal y rehabilitación del suelo pélvico
Por su parte, el Dr. Mario Ortega, especialista del Servicio de Cirugía General y Digestivo del hospital madrileño, se centró en la incontinencia fecal, señalando que “su prevalencia oscila entre el 2 y el 7 por ciento de la población, convirtiéndose en una afección más frecuente de lo que se piensa”. Esta patología suele ser diagnosticada a través de la manometría y la ecografía anal, que son pruebas sencillas y ligeras para el paciente, mientras que para saber el nivel de transcendencia de la incontinencia “es imprescindible realizar cuestionarios de calidad de vida, de cuantificación de gravedad de incontinencia (Wexner) y llevar a cabo un diario defecatorio”.
Cada paciente ha de ser evaluado y tratado de forma individualizada, con el fin de encontrar una mayor adherencia a la terapia. “Los abordajes que se aconsejan a los pacientes incluyen medidas higiénico-dietéticas, medicación o ejercicios de rehabilitación”, especificó el Dr. Ortega, aunque añadió, que cuando estos métodos son insuficientes, “se dispone de terapias más complejas, como la neuromodulación de raíces sacras y la irrigación transanal retrógrada, entre otras”.
Por último, en el encuentro se abordó la importancia de la recuperación del suelo pélvico, de la mano de la Dra. Carmen Urbaneja, del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz, quien explicó “que consiste en restituir la funcionalidad de la musculatura, tanto para fortalecerla, como para relajarla”.
Es esencial que la rehabilitación se realice bajo la supervisión de un fisioterapeuta o un especialista, y que el paciente adquiera todas las técnicas enseñadas, para poder continuar con los ejercicios de manera autónoma. “Cuando comenzamos con una serie de síntomas, como las pérdidas de orina, heces o gases, la dificultad para defecar, dolor en las relaciones sexuales o alteraciones a nivel de la pelvis postquirúrgica, es necesario acudir a un servicio especializado de Rehabilitación de Suelo Pélvico y realizar un plan de tratamiento”, recomendó la especialista.
El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz cuenta con una unidad de rehabilitación de suelo pélvico cuyo objetivo es tratar todas las disfunciones relacionadas con el conjunto de músculos y ligamentos que rodean la cavidad abdominal en su parte inferior. El equipo que lidera esta área está formado por médicos rehabilitadores y fisioterapeutas, formados específicamente en este campo para establecer un diagnóstico y tratamiento de fisioterapia individualizado para cada paciente.
Además, “esta unidad ofrece en su cartera de servicios la neuromodulación del nervio tibial para las urgencias miccionales y defecatorias, así como técnicas intervencionistas que consisten en la realización de infiltraciones de suelo pélvico para tratamiento de la musculatura con aumento de tono”, concluyó la Dra. Urbaneja.
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