La irrupción de la COVID-19 supuso un impacto en el modelo de gestión sanitaria que trajo consigo un profundo debate de los modelos vigentes en nuestro sistema. Entre otras cosas, la sobresaturación de los centros sanitarios sirvió para visibilizar la importancia de la salud mental y su bienestar, fuertemente impactados por la ansiedad, el estrés y la incertidumbre de los momentos más duros de la pandemia, especialmente difíciles en todos los espacios vinculados a la salud.
En este contexto, ISS, empresa líder en gestión del workplace e integración de servicios, ha desarrollado el proyecto Bienestar Sanitario: un concepto que pretende trascender el ámbito estrictamente asistencial para fijarse en cómo se puede mejorar la salud, experiencia y seguridad de pacientes y profesionales desde actuaciones no asistenciales, como la humanización, el diseño de los espacios o el trabajo de los servicios de limpieza o mantenimiento.
En palabras de José Enrique Aguilar, director de ISS Facility Services España, “el proyecto del Bienestar Sanitario nace con la voluntad de participar en la transformación del paradigma de la atención sanitaria, entendiendo esta transformación como una de las consecuencias colaterales de la pandemia y que, como estamos viendo, sigue estando sobre la mesa de la actualidad política y social. Estamos convencidos que este contexto sanitario y social supone, entre otras cosas, un punto de inflexión en la valoración y la atención de los servicios considerados como no asistenciales”.
“Desde ISS pretendemos trascender el ámbito estrictamente asistencial para fijarnos en cómo se puede mejorar la salud, la experiencia y la seguridad de los pacientes y profesionales sanitarios desde actuaciones no asistenciales, que contribuyen, sin duda, a reducir la presión sobre nuestro sistema de salud, tal y como vimos de forma magnificada durante la pandemia” añade en este sentido Aguilar.
Así, en primer lugar, el proyecto de Bienestar Sanitario pone sobre la mesa del diálogo político y social la importancia de cuidar de la salud mental y del bienestar emocional, especialmente impactado por la ansiedad, el estrés y la incertidumbre que se da en los espacios sanitarios y especialmente, en sus profesionales. Y, en segundo lugar, la adopción de este modelo permitiría reducir la presión hospitalaria mediante entornos que faciliten el trabajo de los profesionales sanitarios y la recuperación de los pacientes.
La humanización y la ergonomía de los espacios sanitarios
Uno de los pilares en los que se sustenta el concepto desarrollado por ISS del Bienestar Sanitario es la humanización en los entornos sanitarios, que debe ir más allá de la práctica asistencial y apoyarse en la formación y especialización de los distintos equipos que conforman el espacio sanitario, entendidos como partes de un todo. Estos equipos pueden pertenecer tanto a instituciones o empresas públicas como privadas, con culturas corporativas diferenciadas, y desarrollan actividades de muy diversa índole, prestando servicios de mantenimiento, limpieza, de atención médica y cuidados de enfermería, etcétera. Por todo ello es fundamental que haya una buena comunicación, coordinación y cooperación para que se dé una verdadera sinergia entre los diferentes profesionales asistenciales y no asistenciales en beneficio del paciente.
La clave para que se implemente esta humanización en los diferentes equipos se encuentra, por tanto, en invertir en una formación que sea continuada y transversal, que no solo trace las competencias y procedimientos a seguir de cada uno, sino que además fomente ese espacio común de humanidad. Una formación regida por estrategias con doble vertiente, tanto técnica como humanista, que haga la estancia en el centro sanitario mucho más llevadera. De esta forma, desde ISS, “consideramos que la humanización de los espacios de trabajo debe ser una de las palancas clave para la retención de profesionales y su bienestar emocional, así como para la recuperación de los pacientes”.
Además, como segundo pilar, desde ISS consideran imprescindible que todos los agentes que participan en el proceso de humanización, “sean conscientes de que cuestiones como la arquitectura, la ergonomía y el diseño de los espacios interiores también tienen un papel importante para la consecución del bienestar sanitario. Los gestores hospitalarios cada vez conceden más atención a estos aspectos. La reducción de ruido, la presencia de luz natural, la utilización adecuada de los colores, o la creación de entornos interiores y exteriores que recuerdan espacios naturales son algunos ejemplos de ello”.
Cuatro pilares fundamentales
En total, son cuatro los pilares clave en torno a los que ISS va a desarrollar el proyecto de Bienestar Sanitario en el que está trabajando: Inversión en la especialización de los equipos y formación de los profesionales; aprovechar los beneficios de la aplicación de la innovación y la tecnología; priorizar la salud tanto física como emocional de profesionales y pacientes; y activar una nueva concepción, diseño y gestión de los espacios sanitarios.
Ahora bien, como bien explica su director, para que este cambio de paradigma y estos objetivos se cumplan, “hay que asumir posiciones de liderazgo, tanto desde organizaciones como ISS, como desde la Administración, desde donde se deben establecer estándares que fijen unos criterios mínimos para dibujar los horizontes para los grandes retos del país. Sólo pensando estratégicamente se puede establecer una prioridad de recursos”.
En definitiva, “el proyecto Bienestar Sanitario tiene una potencialidad enorme para impactar positivamente en nuestra sociedad y, como cualquier otro gran cambio de paradigma, viene acompañado de las dosis equivalentes de formación y divulgación. En este sentido, una de las primeras vías que debemos intensificar afecta a la correcta formación y divulgación de cómo tratar a los pacientes y enfocar los problemas y resistencias con los que nos vamos a encontrar” concluye Aguilar en nombre de ISS.
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