El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que cursa con una hiperrespuesta bronquial y una obstrucción variable al flujo aéreo total o parcialmente reversible. En torno al 3-5 por ciento de los pacientes desarrolla esta afección en su forma grave, lo cual requiere una atención especial y una adecuada gestión de circuitos, para favorecer una óptima derivación y un tratamiento adecuado de las comorbilidades.
Así lo explica el Dr. Aythamy Henríquez Santana, especialista del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red pública madrileña, y director de la “IX Jornada de Alergología: actualización en diagnóstico y tratamiento del paciente con patología alérgica”, recientemente organizada por el centro valdemoreño con el objetivo de “ofrecer, recibir y compartir conocimiento de la mano de ponentes de gran prestigio en las diferentes patologías que se tratan desde la especialidad, y mostrar el trabajo que se lleva a cabo en la Unidad de Asma Grave, además de abordar, también en esta ocasión, la telemedicina y la experiencia percibida por el paciente, de vital importancia en estas enfermedades”.
Principales retos en el abordaje del paciente con asma
En el tratamiento del asma, “se sigue una estrategia global e individualizada en cada paciente a largo plazo, basada en un tratamiento farmacológico óptimo ajustado, acompañado de medidas de desalergenización o control ambiental, educación para el asma y control funcional en cada visita, así como, dentro de la educación sanitaria, el manejo en el uso de los dispositivos inhalados, todo ello clave para conseguir la adherencia del paciente al tratamiento”, explicó la Dra. Marta Seoane Rodríguez, especialista del citado servicio.
Por su parte, la Dra. Sandra Blanco Bermejo, colega del mismo departamento, aclaró que, “al ser el asma una enfermedad crónica, el objetivo es alcanzar y mantener el control de los síntomas y la prevención del riesgo futuro, especialmente de las exacerbaciones, que pueden poner en riesgo la vida del paciente, pero también el deterioro de la función pulmonar, reduciendo al máximo la mortalidad”.
El Servicio de Alergología del Hospital Universitario Infanta Elena cuenta desde hace varios años con una Unidad Multidisciplinar de Asma Grave, acreditada como Unidad Grave de Excelencia en 2015 y en la que participan, además de alergólogos, especialistas de Neumología, Otorrinolaringología, Neumología Pediátrica y Farmacia Hospitalaria. Una de las características diferenciales de esta unidad es la gestión de circuitos que se realiza en ella y que, como anticipaba el Dr. Henríquez, permite la óptima derivación entre especialidades para tratar posibles comorbilidades.
“El Infanta Elena tiene definido dos circuitos -explica el alergólogo-: uno primario en el que todos los pacientes son valorados por Neumología, Alergología y Otorrinolaringología, con reuniones periódicas también con el Servicio de Farmacia Hospitalaria para valorar la posible idoneidad de los tratamientos biológicos en esta población; y otro secundario, para el que se han definido unos criterios de derivación, como lo son los casos de obesidad a Endocrinología, enfermedad por reflujo gastroesofágico a Gastroenterología, sobreutilización de corticoides a Reumatología, o ansiedad o cualquier otra sospecha de patología a Psiquiatría”.
Nuevas tecnologías y sus implicaciones
Finalmente, el Dr. Javier Ruiz Hornillos, jefe del Servicio de Alergología en el hospital valdemoreño, subrayó que en la práctica clínica los avances en la digitalización “han supuesto un aumento del volumen de los datos que hoy en día disponemos de cada paciente, lo que conlleva una oportunidad para realizar estudios de investigación a gran escala que pueden darnos información sobre muchas enfermedades y ayudarnos a mejorar los procesos de diagnóstico y tratamiento de nuestros pacientes”.
A este respecto, el especialista hizo hincapié igualmente en los beneficios de la inteligencia artificial, que ha representado un proceso disruptivo en la investigación médica, y que “hay que ser capaces de enfocar y orientar a los pacientes para mejorar la asistencia ofrecida”.
Así, tal como se puso de manifiesto en la sesión, una de las nuevas líneas estratégicas del hospital es la aplicación de las tecnologías de la información al día a día de la relación con los pacientes, “de tal manera que los médicos y las enfermeras podamos comunicarnos con ellos de forma dinámica a través de consultas no presenciales, formularios que los pacientes tienen en su Portal del Paciente -aplicación de desarrollo propio del hospital-, o incluso con la herramienta de Diálogo Web, que permite tener un contacto fluido y casi inmediato entre paciente y profesional asistencial”, añadió el Dr. Ruiz.
“El Big Data también cobra un papel fundamental -dijo el jefe del Servicio de Alergología del Infanta Elena-, como demuestra el hecho de que el Servicio de Alergología del Infanta Elena haya participado ya en dos estudios de investigación con esta herramienta en asma grave y Covid-19, respectivamente”.
Por otra parte, el especialista recordó que “para todos estos avances siempre hay que tener en cuenta a los pacientes, desde la confidencialidad de sus datos hasta en el acceso a estas tecnologías de las personas mayores”. “Por eso, en el hospital damos especial importancia a la Bioética Clínica, que contribuye a que todos estos avances se produzcan centrados en el paciente y teniendo claro que el objetivo de toda asistencia médica siempre es mejorar la salud y calidad de vida de nuestros pacientes”, concluyó.
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