Tras hacer balance de 2022, muchas personas incluyen en su lista de propósitos para el nuevo año acudir al gimnasio, apuntarse a alguna actividad física, como zumba o spinning, o salir a correr dos veces por semana. “Lamentablemente, nuestra fuerza de voluntad no está siempre acorde con nuestras intenciones y estos propósitos caen con frecuencia en saco roto”, sostiene el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
Así lo confirma la última Encuesta Europea de Salud, publicada en 2021 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual, la mitad (50,7%) de las personas encuestadas de 15 años o más afirmaba no realizar ejercicio en su tiempo de ocio y más de un tercio (36,4%) se declaraba sedentaria en su tiempo libre. En palabras del doctor Maset, “los datos han mejorado levemente durante la última década, pero no al ritmo suficiente. La población, en general, sigue sin ser consciente de los beneficios de llevar una vida activa y, sobre todo, de los riesgos para la salud que implica el sedentarismo”.
¿Cómo influye nivel físico y anímico?
Los beneficios para la salud son múltiples. En concreto, s puede afirmar que la práctica regular de ejercicio incrementa la masa muscular y la densidad mineral ósea (lo que prevendrá fracturas por osteoporosis en la tercera edad), mejora la condición cardiorrespiratoria, fortalece el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades crónicas y cáncer. También aumenta la fuerza y la resistencia, así como la movilidad en personas de edad avanzada.
Además, a nivel psicológico, reduce la susceptibilidad al estrés, aumenta la autoestima y minimiza los síntomas de la depresión y el insomnio. En los niños, contribuye a su integración y mejora los resultados académicos y, en los mayores, disminuye el riesgo de caídas y fracturas y mejora la salud cognitiva.
Y, por ende, los peligros del sedentarismo son también numerosos, sobre todo si además no se combina con una dieta sana, ya que puede desencadenar o llevar al empeoramiento de enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, así como a la pérdida de flexibilidad en las articulaciones y del tono y/o fuerza de los músculos, que, además, pueden sufrir contracturas. También el estado de ánimo puede empeorar, así como la calidad de nuestro sueño y la resistencia al estrés.
De hecho, según un informe publicado el pasado octubre por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta 2030, se producirán en el mundo casi 500 millones de nuevos casos de enfermedades prevenibles, debido a la inactividad física. “En definitiva, no mantenernos activos en nuestro día a día reduce nuestra calidad de vida y también las posibilidades de un envejecimiento saludable”, aclara el experto de Cinfa.
¿Se puede realizar deporte a cualquier edad?
Por tanto, es conveniente huir del sedentarismo e incluir el deporte en nuestras rutinas diarias. Pero bien, según la edad, los niveles de actividad física recomendados pueden varíiar. Para niños y adolescentes de 5 a 17 años, la OMS aconseja un promedio de 60 minutos diarios de actividades físicas moderadas a intensas, principalmente aeróbicas (correr, natación, ciclismo), así como actividades anaeróbicas intensas al menos tres días a la semana (pesas, por ejemplo).
En cambio, de los 18 a los 64 años, la OMS recomienda realizar semanalmente de 150 a 300 minutos de actividad aeróbica moderada, de 75 a 150 minutos de actividad física intensa o una combinación de ambas, así como ejercicios que fortalezcan todos los grupos musculares al menos dos días a la semana. Este tiempo se puede repartir en sesiones de 30 a 45 minutos por día.
Por último, los mayores de 65 años deberían seguir las mismas recomendaciones que los adultos en sesiones diarias de unos 30 minutos, pero entrenando la fuerza muscular al menos tres días a la semana para mejorar la capacidad funcional, el equilibrio y prevenir las caídas.
“Por otro lado, es conveniente que los adultos también limiten el tiempo dedicado a actividades sedentarias. Lo ideal es sustituir estas por ejercicio físico de cualquier intensidad: pasear, montar en bicicleta, nadar, correr o, incluso, elegir las escaleras en vez de coger el ascensor. Todo vale a la hora de mantenernos en físicamente activos en nuestro día a día”, recuerda el experto de Cinfa.
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