En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

INVESTIGACIÓN EN EL SECTOR FARMACÉUTICO ESPAÑOL 

Las farmacéuticas españolas ven en la UE su principal vía de subvenciones en I+D

ANTE LAS BARRERAS NACIONALES 

El sector farmacéutico lamenta la oportunidad perdida del Perte sanitario y ante tal contexto, el 66% de las compañías buscan sus recursos en Bruselas

Según los datos proporcionados a EL PAÍS de un estudio de la consultora internacional Ayming, las empresas biofarmacéuticas españolas han comenzado a ver a Europa como la salvación para sus programas de I+D ante la barrera para conseguir financiación pública en España, que ni siquiera ha mejorado tras el Perte para la salud de vanguardia aprobado el pasado 2022 por el Gobierno. Así, el estudio revela que el 66,7% de estas compañías recurren a las ayudas de la Comisión Europea, un porcentaje que ha crecido en 46 puntos respecto al año anterior,

En cuanto a este contexto, Javier Saldaña, director de innovación de Ayming, ha expresado, según ha podido recoger EL PAÍS que las empresas españolas de salud y biotecnología se encuentran con diferentes barreras a nivel nacional. La primera, la exigencia de cumplir unos ratios financieros imposibles en los que se exige un determinado nivel de facturación a este tipo de compañías, fundamentalmente startups, cuando prácticamente no tienen ingresos porque se dedican a innovar en nuevos productos.

Igualmente, Saldaña lamenta que, comparado con Europa, las ayudas públicas nacionales cubren un menor porcentaje del gasto y se encaminan más a otorgar préstamos que a subvenciones no reem­bolsables. “Se está dificultando que muy buenos proyectos con muy buena pinta sobrevivan. Proyectos de I+D que podían tener un recorrido tremendo y que al final se les acaba la financiación”, lamenta este experto.

Por ello, asevera, “las firmas nacionales acuden a las subvenciones europeas porque, además de que la intensidad de la financiación es más fuerte, los criterios técnicos y de solvencia económica que se exigen en España son muy estrictos, por lo tanto, las ayudas europeas se posicionan como una vía competitiva y demandada”.

Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación

El estudio a nivel nacional que ha realizado Ayming cuenta con un total de 150 compañías españolas como participantes. Y, gracias a sus respuestas, se ha podido deducir que, a nivel nacional,  el 55,6% de las biofarmacéuticas nacionales acuden a los recursos propios para financiar la I+D (ocho puntos más que a nivel global) y un 44,4% intenta conseguir ya ayuda del dinero público nacional.

Pero bien, ¿de dónde procede la financiación pública en España? La financiación pública nacional está actualmente concentrada básicamente en el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación) a través de programas como el PID y el LIC A. Aunque, también se pueden recibir ayudas a través de planes regionales, como los aportados por las comunidades autónomas las cuales reciben fondos europeos Feder, y pueden dedicar así más porcentaje a las subvenciones frente a los préstamos reembolsables.

Así, según esta consultora, las subvenciones propias nacionales representan un porcentaje limitado de los proyectos, frente a un 70% de las otorgadas por la Comisión Europea en programas como el Horizonte 2020 y Horizonte Europa. Además, los datos de 2020 indican que las biotecnológicas invirtieron 900 millones de euros en I+D, según la patronal Asebio. De nuevo, el 70% del volumen se sufragó a través de fondos propios. Y, en 2021, el CDTI financió 82 proyectos de biotecnología con 50,1 millones, de los que el 46% corresponden a subvenciones, según Asebio.

Las farmacéuticas tras la pandemia

Ahora bien, después de la lección que ha dejado la pandemia, especialmente en un sector como este que ha sido el encargado de desarrollar velozmente las vacunas contra el virus, las cuales hubo que subvencionar por falta de recursos, tras el Covid-19 se debería haber aprendido la lección Como bien afirma Saldaña, “nuestra sensación es que debería haber cambiado mucho más” Y es que, “uno de los primeros grandes golpes que se ha llevado la industria biotecnológica es cómo se ha articulado el Perte sanitario” especifica.

Y, ¿por qué no es suficiente este Perte Sanitario? Pues bien, porque este programa de financiación está enfocado a ayudas al centro público Instituto de Salud Carlos III y no a las empresas del sector. “Las empresas privadas se quedan limitadas a alguna tipología, ya que únicamente cubre medicina de precisión o introducción de tecnología como big data. Pero si yo soy una biotecnológica que investigo contra el cáncer, a día de hoy, el Perte de salud no me ha dado una solución. Las quejas del sector han sido muy significativas”, afirma el experto. Por ello, existe una sensación generalizada de que “no se están haciendo bien las cosas”.

En cambio, a pesar de esta realidad, desde el Ministerio de Ciencia, liderado por Diana Morant, explican, en una respuesta por escrito, que desde su aprobación, el Perte sanitario ha constituido “una alianza abierta a todos los actores que aporten estrategia, inteligencia e inversión“. Asimismo, se asegura que se han realizado acciones dirigidas a apoyar la industria nacional hacia la incorporación de I+D+I tanto en procesos como en productos y se han diseñado “modelos de colaboración público-privada, innovación abierta y alianzas estratégicas”.

Seguiremos informando…

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