La transición del franquismo a la democracia es uno de los periodos más apasionantes de nuestra historia reciente. Fueron unos años de grandes contrastes, con luces y sombras, donde España inició un camino de progreso. En aquel periodo, nuestro país fue dejando atrás la caspa propia de un periodo oscuro y asfixiante para dar paso al aperturismo y la modernidad que demandaban las últimas décadas del siglo XX.
A caballo entre esas dos realidades andaba España en 1977, año el que arranca Cristo y Rey, la nueva serie de Atresmedia. Una ficción que se inspira en la relación que mantuvieron Ángel Cristo y Bárbara Rey durante aquellos años y que, valiéndose de sus dos personajes protagonistas, sirve como reflejo de dos mundos aparentemente antagónicos.
Por un lado tenemos a Ángel Cristo (Jaime Lorente), domador y empresario de éxito cuyo éxito profesional se ha basado en construir todo un imperio circense alrededor de su figura. En la España de 1977 se le considera el mejor en lo suyo y no está dispuesto a ceder ni un ápice de lo que ha conseguido. Al otro está Bárbara Rey (Belén Cuesta), una actriz reconocida, musa del destape y fantasía sexual de media España. Su incuestionable talento y capacidad de seducción la han convertido en una estrella de la televisión cuya fama trasciende todos los rincones del país.
Con estos ingredientes se construye Cristo y Rey, una ficción que nos traslada a una época quizá lejana ya para muchos, pero que refleja a la perfección lo que fuimos y lo que somos en la actualidad. Creada por Daniel Écija y dirigida por David Molina, la nueva serie de Atresmedia goza de una gran factura visual. A favor de ello juegan la vitalidad propia del circo y la emoción del mundo de la farándula, donde todo es posible.
Un amor de contrastes
Una vez que se entra en la trama, es difícil imaginar a otro actor en la piel de Ángel Cristo, “un buen hombre con mal carácter”. Así es como lo define Jaime Lorente, quien en los primeros minutos del primer capítulo derrocha pasión por los cuatro costados. Se vislumbra entonces un personaje complejo, al que la vida le ha golpeado una y otra vez.
“Era un tío muy violento, pero a la vez tenía un lado muy humano. Él era muy inseguro”, comenta el actor respecto a la complejidad del carácter de Ángel Cristo. Los arranques de ira son una constante al inicio de la serie, donde también se aprecia la capacidad de convicción que tenía el domador para llevar a la gente a dónde más le interesaba.
Ángel Cristo se da de bruces con la realidad de los tiempos y con constantes negativas para ampliar su negocio. Sin embargo, su cabezonería e insistencia harán que se cruce con la mujer del momento. Bárbara Rey se cruza en su vida como representación de esa otra España de la transición. “No había mujeres así”, explica Belén Cuesta, quien pudo hablar con la vedette para construir su personaje.
“Ella era muy libre y cuando conoce a Ángel Cristo está en lo más alto”, apunta la actriz sevillana. Pese al contraste que existe entre ambos, el amor se abre paso de forma irrefrenable. Sorprende ver cómo Bárbara Rey cae en las fauces de un Ángel Cristo que queda prendado de ella al instante. Es entonces cuando dos mundos totalmente alejados y antagónicos se dan la mano, pues pese a que ambos son personajes conocidos, se encuentran en status sociales distintos.
Mención especial merecen Jaime Lorente y Belén Cuesta. Sus respectivos personajes parecen estar hechos a medida para esta pareja de actores. Cabe mencionar que Cristo y Rey no es la primera serie donde coinciden, pues en La casa de papel ya pudimos verles juntos.
El reparto de la serie lo completan Adriana Torrebejano (Chelo García Cortés), Cristóbal Suárez (Rey Juan Carlos), Artur Busquets (Payasito), José Milán (Blasco), Chema Adeva (Cristóforo), Belén Ponce de León (Margarita), Vicente Vergará (Andrés), Diana Peñalver (Salvadora), Secun de la Rosa (Richardi), Salomé Jiménez (Reina Sofía), David Lorente (Paco Ostos), Ana Carrasco (Hortensia), Mirela Balic (Cata), Antonio Buil (Mancuso) y Elvira Cuadrupani (Patri Veracruz).
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