MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, espera que el crecimiento mundial se desacelere en 2023 hasta el 2%, siete décimas menos de lo previsto en octubre del año pasado. La caída confirma, según los expertos, la entrada en un periodo de estanflación global caracterizado por un débil crecimiento económico. También aún altas presiones inflacionarias, el cual se prolongará al menos hasta 2024, cuando el crecimiento del PIB se elevará hasta el 2,7%. Se espera una reconfiguración de los factores de riesgo en donde la falta de oferta por las disrupciones en las cadenas de suministro será sustituida por un menor dinamismo en el mercado laboral. También una contracción de la demanda como consecuencia de la subida de tipos de interés.
El informe Panorama Económico y Sectorial 2023 asegura que la eurozona sufrirá una contracción económica en 2023, comenzando desde el primer trimestre. Se teme que la industria europea caiga en declive si no se logra resolver la crisis energética, pues los inversores podrían volcarse a países con energía más barata. Además, existe el riesgo de que la contracción económica se agudice por la postura monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Estos problemas hacen que, en el cómputo anual para 2023. Las previsiones de la región caigan hasta el -0,1% frente al 0,0% del informe anterior. El país más afectado de la región será Alemania, con una contracción anual del -0,9% debido a la desaceleración en el consumo. Esto una menor producción industrial y una caída en las exportaciones.
España será de las pocas economías europeas que se salvará de la recesión pese a que habrá una pequeña contracción en los primeros meses del año. Los expertos creen que el PIB quedará en el 1,0% en 2023, cuatro décimas. Más que lo previsto en octubre de 2022. De acuerdo con Gonzalo de Cadenas-Santiago, director de análisis macroeconómico y financiero de MAPFRE Economics. La mejora se debe a las ayudas fiscales que se han activado y a los aún asumibles costes financieros. Por otra parte, se espera un repunte para el 2024 del 2,1%. Pese a estas proyecciones, la perspectiva es que el BCE siga endureciendo la política monetaria. Lo que podría acarrear una reducción del consumo por pérdida de poder adquisitivo y la contracción del crédito.
Mientras Europa afronta perspectivas sombrías, Asia se avizora como un foco de contribución para el crecimiento global. Se prevé que China volverá a recuperar un ritmo de crecimiento algo más alto en 2023 (4,8%) una vez concluida la política de Covid cero. Indonesia y Japón también crecerán ese año un 4,5% y un 1,1%, respectivamente. Más allá de esta región, Estados Unidos también evitará la contracción de su economía con un repunte del PIB del 0,1%. Sin embargo, esto dependerá de cómo reacciona la inversión, el mercado inmobiliario y el mercado laboral, a las condiciones de financiación más caras. De Cadenas-Santiago considera que la economía estadounidense se enfrenta a dos riesgos latentes: una recesión provocada por el endurecimiento de las condiciones financieras. También una crisis de liquidez en los mercados similar al de ‘repos’ de 2019, cuando la Reserva Federal tuvo que intervenir.
Impacto en el sector asegurador
El informe incluye un análisis de cómo afectará el entorno económico en el desempeño del sector asegurador. Los expertos de MAPFRE consideran que el mercado enfrentará mayores dificultades en 2023 para el desarrollo del negocio. En particular en los países emergentes, tras un año en el que el sector de No Vida registró crecimientos significativos. El endurecimiento de la política monetaria con mayores tipos de interés seguirá impulsando el negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro. Esto compensando al menos parcialmente el efecto negativo del deterioro económico sobre el negocio asegurador.
En particular, se estima que 2023 puede traer nuevas oportunidades en las inversiones financieras del sector a medida que avance el año. De acuerdo con Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de MAPFRE Economics. El efecto negativo sobre los balances de las entidades aseguradoras por la subida de tipos en los bonos y por el desempeño de la renta variable ha sido absorbido por los altos niveles de solvencia que presenta el sector asegurador. Además continúa mejorando el entorno para el negocio de los seguros de Vida ahorro y rentas vitalicias tradicionales con garantías de tipos de interés.
También mejora el panorama en cuanto a la rentabilidad futura de las carteras de inversiones, utilizada por el sector asegurador para complementar su rentabilidad técnica, teniendo en cuenta la posición privilegiada de las entidades aseguradoras en cuanto a su elevada liquidez y reducido nivel de apalancamiento, por las características propias de su modelo de negocio.
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