En apenas una semana, Vox ha conseguido demostrar que lo suyo no es la comunicación. Lo sucedido en Castilla y León con la cuestión del aborto no sólo ha dejado en evidencia que su cabecilla autonómico, Juan García Gallardo, tiene serios problemas de explicación con los temas serios, sino que el partido, en general, sólo sabe ponerse en posición erizo y reaccionar con ataques a todo lo que se mueve.
Lo sucedido estos días ni siquiera puede definirse como una estrategia trumpista, ya que los dirigentes de Vox han conseguido ponerse en contra a buena parte de los medios importantes más cercanos. Y es que hasta Trump tuvo una Fox y un Tucker Carlson. Un papel que Julio Ariza y su clandestina El Toro TV están lejos de asumir a todos los niveles.
En ese sentido, a día de hoy Vox mantiene abierto un enfrentamiento directo con Federico Jiménez Losantos y Es Radio y en la COPE sospechan que la campaña contra Carlos Herrera por lo sucedido en Castilla y León está inducida por los ‘cerebros’ que susurran a Santiago Abascal.
Pero no son los únicos. ‘La Razón’ y ‘OKDiario’ también han recibido ataques en los últimos días. Atrás quedan los das en que Abascal acudía al periódico madrileño tras el campanazo de las elecciones andaluzas o en los que el digital de Eduardo Inda era considerado un medio amigo.
La lista, sin embargo, es larga. Prácticamente no hay un medio con el que Vox no haya tenido un choque, y eso incluyendo aquellos que, a priori, no eran particularmente hostiles. Esto ha generado, además, un retraimiento general de la presencia de dirigentes de Vox en los medios. “No quieren ir a donde no se sienten cómodos”, señalan fuentes del sector. “Al final es una mentalidad de secta. O me pones la alfombra o estás contra mí. Pero también de abandono del ‘mainstream’. Creen que con sus redes y sus medios les bastara y están siguiendo el mismo camino que Podemos: el aislamiento”, valora otra fuente del sector de medios.
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