Atresplayer Premium ha comenzado el rodaje de La red púrpura, la continuación de La novia gitana. Se trata de la adaptación de la segunda novela homónima de la saga de Carmen Mola. La serie, que estará disponible en exclusiva en la plataforma de Atresmedia, seguirá contando con Nerea Barros como protagonista.
La actriz gallega volverá a ponerse en la piel de Elena Blanco, una inspectora de homicidios veterana de la BAC (Brigada de Análisis de Casos). La inspectora nunca descansó en la búsqueda de su hijo Lucas, secuestrado hace 10 años. Ginés García Millán (Rentero), Ignacio Montes (Zárate), Mona Martínez (Mariajo), Lucía Martín Abello (Chesca), Vicente Romero (Orduño) y Francesc Garrido (Buendía) también continúan con los personajes que interpretaron en ‘La Novia Gitana’.
A esta segunda temporada se incorporan los actores Roberto Álamo (Dimas), Carmen Prada (Marina), Nuria González (Rocío Narváez), Andrés Gertrudix (Casto), María Morales (Soledad), Michel Herráiz (Daniel), Font García (Alberto), Unai Mayo (Lucas), Andrés Lima (Kortabarria), Maria Mercado (Aurora) y Hugo Prieto (Lucas niño), entre otros.
La red púrpura contará con ocho episodios de una duración aproximada de 50 minutos y seguirá estando dirigida por Paco Cabezas (Fear the Walking Dead, ‘Penny Dreadful, The Umbrella Academy o Adiós), que contará con Juan Miguel del Castillo como segundo de a bordo.
Sinopsis
La inspectora Elena Blanco ha descubierto que su hijo Lucas está vivo, pero pertenece a la siniestra Red Púrpura, de la que le habló Vistas antes de su dramático desenlace. Han pasado seis meses y la inspectora oculta a su equipo que su hijo está entre ellos; solo Mariajo, su fiel confidente, conoce la verdad.
La BAC ha sido penalizada por el desenlace del caso Macaya, siendo trasladados a otra nave y lo único que pueden hacer es tirar de ese hilo que les dejó Vistas, una red que se oculta en las profundidades de internes. Niños secuestrados, menores sin futuro, tratas de mujeres… la mercancía se negocia, los espectadores pagan y hasta se puja por los desenlaces de las víctimas.
La BAC sufrirá las consecuencias de hurgar donde no debe. El equipo no volverá a ser el mismo, todos arriesgarán, pero pueden perder demasiado por meterse en la profunda red.
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