Prisa se encuentra inmersa en una importante encrucijada. Por una parte, lidia con el descontento generalizado entre los trabajadores de Prisa Media. El descontento por el trato que reciben desde la dirección, los sueldos bajos o la eliminación total del teletrabajo en todos son algunos de los desencadenantes que han propiciado los paros anunciados por la plantilla.
Por el momento, han confirmado tres fechas en las que la plantilla de Prisa Media está convocada a la huelga. Serán 31 de enero, y 1 y 2 de febrero. Esta última jornada contará además con una concentración de varias horas.
El descontento viene principalmente por las malas económicas de la plantilla -La deuda la pagamos nosotros, es una de las proclamas que han distribuido desde las redes sociales-. Sueldos bajos y estancados con una situación que no invita al optimismo. Además, existe un especial malestar tras el anuncio por parte de la dirección de eliminar por completo el teletrabajo. Las exigencias de la plantilla pasan por recuperar un mínimo de dos días de teletrabajo, incluidos en el próximo convenio colectivo.
Reparto de bonos
La otra vertiente que sacude los despachos de Prisa es la adjudicación de los bonos convertibles emitidos por Prisa -por valor de 130 millones de euros- para saldar la deuda pendiente de 190 millones. Por el momento, la compañía habría logrado completar más del 80% de la ampliación gracias al respaldo de Amber Capital, Vivendi, Global Alconaba y la familia Polanco.
Durante este fin de semana se ha conocido que el Banco Santander también ha acudido a la ampliación con una participación cercana al 5%. Una decisión que le permitirá mantener su asiento en el consejo de administración.
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