En la Tierra a martes, noviembre 19, 2024

UNO DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE SALUD PÚBLICA DEL SIGLO XXI

Aumento de la prevalencia del síndrome metabólico

RELACIONADO CON UN INCREMENTO DE RIESGO DE INFARTO, ICTUS Y DIABETES

La Dra. Alicia Santamaría Nieto, especialista en Endocrinología en el Hospital HM Rosaleda, recomienda revisiones rutinarias a partir de los 40 años para valorar el riesgo cardiovascular en personas aparentemente sanas

La prevalencia del síndrome metabólico en los países occidentales es alta y sigue aumentando, en gran medida, por el incremento de la obesidad. En España se estima que casi el 30% de la población adulta presenta obesidad. Además, en torno a un 30% de los españoles tienen alguna alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono.

Esto supone un grave problema sanitario, tal como explica la Dra. Alicia Santamaría Nieto, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital HM Rosaleda. “El síndrome metabólico se está convirtiendo en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI, asociado a un incremento de hasta cinco veces en la prevalencia de diabetes tipo 2 y de dos o tres veces en la de enfermedad cardiovascular”, advierte la especialista.

El síndrome metabólico se produce al darse, en una persona, varios trastornos muy prevalentes en el mundo occidental, como son la hipertensión arterial, la diabetes o la dislipemia y que, a su vez, son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, siendo los mecanismos subyacentes la adiposidad abdominal y la resistencia a la insulina.

Los endocrinólogos señalan el incremento de la incidencia de la diabetes mellitus, una enfermedad silenciosa que muchas veces debuta con complicaciones. “La creciente epidemia de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular en todo el mundo es razón suficiente para identificar precozmente y tratar a las personas que presentan síndrome metabólico”, asegura la Dra. Santamaría. En muchos casos la enfermedad cardiovascular o la diabetes son enfermedades silenciosas, que pueden cursar durante mucho tiempo asintomáticas y debutar como un evento adverso cuando la enfermedad está plenamente establecida.

Por esta razón, desde el Servicio de Endocrinología y Nutrición de HM Rosaleda se quiere poner el foco en la prevención. “Es recomendable hacer una revisión médica que evalúe el riesgo cardiovascular especialmente a partir de los 40 años, o antes si hay un factor de riesgo establecido. Muchos pacientes llegan a la consulta por sobrepeso u obesidad y el endocrinólogo diagnostica otras comorbilidades como hipertensión, dislipemia o hiperglucemia, es decir, pacientes que reúnen los factores asociados al síndrome metabólico. Por ello es fundamental una valoración completa del especialista para establecer el nivel de riesgo cardiovascular”, apunta la especialista de HM Hospitales.

Incrementa el riesgo de infarto e ictus

Los pacientes con síndrome metabólico tienen un importante aumento del riesgo de infarto de miocardio e ictus en comparación con personas sanas. La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo y la gran mayoría de estas enfermedades podría prevenirse con una intervención adecuada sobre los factores de riesgo modificables como son reducir peso con una dieta variada y equilibrada, aumentar la actividad física para disminuir la resistencia a la insulina y eliminar el tabaco, que es la primera causa de mortalidad evitable.

“No obstante el manejo del síndrome metabólico debe tener un doble abordaje que combine los cambios en el estilo de vida con estrategias farmacológicas cuando sea necesario”, indica la especialista en Endocrinología y Nutrición de HM Rosaleda. El diagnóstico permite detectar pacientes con alto riesgo cardiovascular y de desarrollo de diabetes o estadios precoces de la enfermedad, por ello los especialistas reiteran la importancia de las revisiones rutinarias, especialmente a partir de los 40 años en personas aparentemente sanas o siempre que exista una enfermedad conocida que implique aumento del riesgo cardiovascular como diabetes, hipercolesterolemia, insuficiencia renal, infarto o ictus previo, en cuyo caso la revisión debería ser al menos una vez al año.

“En la consulta se hace una evaluación inicial completa, se ofrece consejo dietético y de actividad física, con seguimiento estrecho para monitorizar los objetivos y asociar los tratamientos necesarios en cada caso, con el objetivo de minimizar el riesgo cardiovascular y mejorar la salud global del paciente”, apunta la Dra. Santamaría.

Seguiremos informando…

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