El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, tales como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.
Frente a esa realidad, la sostenibilidad, y también la inversión con impacto social, ya no son una elección, sino una obligación, y es el principal reto al que se enfrentan las compañías. Así se desprende de un informe elaborado por LLYC, titulado: “ESG en América Latina: una conversación de varias voces y dimensiones”.
El documento señala que aquellas empresas que ajustan su negocio con honestidad a los criterios ESG (Environment, Social and Governance) y las fomentan a través de la comunicación, agregan valor de forma sostenible en la atracción de consumidores, inversionistas y capital humano, brindándoles cierto sentido de pertenencia.
Anticipación, adaptación y diplomacia con impacto
El informe, destaca que las acciones dirigidas a la protección medioambiental, la colaboración con causas sociales y la ética del negocio promovida desde la gobernanza corporativa, han pasado de ser una buena estrategia de comunicación y contención de crisis a convertirse en una forma sostenible de hacer negocios, respondiendo a valores universales dirigidos a construir un mundo mejor.
Es importante adaptarse a un contexto en el que los beneficios empresariales tendrán que unirse a beneficios para el conjunto de la sociedad. En tal sentido, Mauricio Carrandi, director general de LLYC México, señaló cuáles son las claves que deben tener en cuenta las compañías para poner en valor sus buenas prácticas empresariales.
“Este marco cambiante exige de las empresas una correcta interpretación de las acciones de las diferentes administraciones gubernamentales (anticipación), una adaptación a esta nueva realidad, así como una estrategia de ‘diplomacia con impacto’, con la que poner en valor ante gobiernos y parlamentos las buenas prácticas de las empresas en sostenibilidad y en impacto social, creando un nuevo modelo empresarial de inversión con impacto”, explicó.
Riesgos de reputación que impactan la sostenibilidad empresarial
La mayor parte de los riesgos de reputación que impactan en la sostenibilidad de los negocios tienen su origen en conductas corporativas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), que defraudan la confianza de las personas en sus diferentes grupos de interés, advierten desde LLYC:
-Emergencias ambientales: El cambio climático trae consigo consecuencias negativas, en forma de sucesos contra la seguridad y salud de las personas, que exigen planes de contingencia exhaustivos, también de comunicación. En tal sentido, las empresas menos comprometidas frente a este desafío resultan más afectadas en su reputación.
-Activismo sociopolítico: Las marcas se ven sometidas, cada vez más, a la presión social de pronunciarse de algún modo respecto de muy diferentes causas cívicas; y son juzgadas hasta el riesgo de “cancelación” en función de su respuesta pública.
-Problemas de cumplimiento: A medida que crecen las exigencias de carácter ético y normativo en el comportamiento de los altos directivos de las compañías, aumentan en igual medida los riesgos reputacionales producidos por el quebranto de esos estándares.
Para mitigar, evitar e incluso revertir estos riesgos se hace imprescindible anticipar eventos críticos, preparar escenarios futuros, automatizar respuestas y participar en la conversación en tiempo real con suficiente capacidad de influencia, aconsejan desde la agencia.
“De la salud de los ecosistemas depende directamente la salud del planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva”, sostienen.
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