La Fundación Adecco ha dado a conocer su Memoria de actividad 2022, con los resultados más destacados en materia de generación de empleo para personas en riesgo de exclusión, así como los proyectos más representativos desarrollados junto a empresas, Administraciones Públicas y otros grupos de interés. El documento puede consultarse y descargarse en el siguiente enlace: fundacionadecco.org/transparencia/memoria-anual
“Esta Memoria constituye un ejercicio de máxima transparencia hacia nuestros grupos de interés. Nuestra misión social, el #EmpleoParaTodas las personas, no podría materializarse sin el compromiso de empresas, Administración Pública y los diferentes agentes sociales, por lo que les ofrecemos información rigurosa, útil y certera para seguir contando con su confianza y avanzar hacia las metas globales de la Agenda 2030. Nuestro compromiso es trabajar intensamente, siempre bajo los más exigentes estándares de transparencia y buen gobierno”- afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Los programas de inclusión sociolaboral se imponen ante la crisis
El pasado año asistimos a un debilitamiento de la actividad económica mundial, motivado por una inflación que ha disparado la incertidumbre y la inestabilidad financiera. Todo ello en un contexto en el que aún no habíamos dejado atrás las heridas socioeconómicas de la pandemia.
Así, en los últimos ejercicios, nuestra economía ha atravesado sucesivas crisis que no han dejado tiempo entre sí para la recuperación. Una realidad ante la que cabe preguntarse ¿cómo está afectando este estado de permanente incertidumbre al compromiso social de las empresas? Son muchas las que se han visto sometidas a una fuerte presión, primero motivada por la recesión, luego por las restricciones sanitarias de la pandemia, y después por el proceso inflacionista, que ha incrementado los costes de producción y disminuido, en muchos casos, sus ingresos.
Sin embargo, lejos de dar un paso atrás en materia social, las empresas han elevado la responsabilidad social en su escala de prioridades. La necesidad de anticiparse a posibles imprevistos y/o riesgos, la creciente demanda de transparencia por parte de la sociedad o un marco normativo cada vez más exigente en materia social (Ley 11/2018 de Información no financiera y diversidad, entre otras), hacen que las iniciativas de inclusión sociolaboral cobren un protagonismo creciente en las organizaciones.
“Primero la Gran Recesión, luego la pandemia y actualmente una presión inflacionista que está repercutiendo en el tejido empresarial, incrementando costes de producción y disminuyendo ingresos. Sin embargo, estas sucesivas crisis no han mermado el compromiso social de las empresas, sino que están sentando un nuevo paradigma de generación de riqueza basado, precisamente, en el bienestar social. En este sentido, el apoyo a las iniciativas de inclusión sociolaboral no solo impacta positivamente en la sociedad, sino que mejora la eficiencia operativa y resultados empresariales, atrayendo a inversores cada vez más preocupados por los criterios ESG, y reduciendo riesgos financieros y reputacionales”- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Como muestra de esta realidad, la Fundación Adecco ha experimentado un crecimiento interanual de las empresas que colaboran con sus proyectos de inclusión sociolaboral. Si en 2021 fueron 416 las que apoyaron los programas #EmpleoParaTodas las personas -dirigido a personas con discapacidad- y #EmergenciaPorElEmpleo -destinado a población en riesgo de exclusión social-, en 2022 la cifra ascendió un 35,8%, hasta alcanzar las 565 empresas.
La cifra de empresas que apoyan los programas de inclusión sociolaboral de la Fundación Adecco ha alcanzado, de hecho, su cifra récord en 2022.
La colaboración público-privada, clave en una era de alianzas
Los programas de empleo, desarrollados de la mano de la Administración Pública, también han experimentado un crecimiento. Las sucesivas crisis han evidenciado que vivimos en una era de cooperación y alianzas, en la que grandes retos como la inclusión sociolaboral de las personas con más dificultades no pueden hacerse realidad sin la implicación de todos los agentes sociales. En este marco, la colaboración público-privada es una fórmula cada vez más extendida que revierte en grandes resultados, al combinar la especialización y conocimiento de las empresas con la capacidad y visión estratégica de la Administración.
Durante el año 2022, la Fundación Adecco desarrolló 86 programas de empleo apoyados por la Administración Pública, de los que se beneficiaron 4929 personas en riesgo de exclusión. En 2021 el número de programas desarrollados fue inferior, habiéndose incrementado la cifra un 18% el pasado año.
Según Mesonero: “La colaboración público- privada se ha convertido en un elemento estratégico, crítico e ineludible para dar respuesta a los grandes retos sociales, siendo la generación de empleo sostenible para personas en riesgo de exclusión uno de los más acuciantes. Desde la Fundación Adecco estamos poniendo al servicio de la sociedad nuestro conocimiento y expertise en materia de inclusión sociolaboral, apoyando proyectos de emergencia social que reduzcan los elevados niveles de exclusión y desigualdad mediante orientación, formación, intermediación e inclusión laboral de personas vulnerables”.
Estos programas de empleo apoyados por empresas y por la Administración Pública, han permitido a la Fundación Adecco orientar laboralmente a 27.032 personas en riesgo de exclusión, que se han beneficiado de un itinerario de empleo personalizado. Casi un tercio de ellos (8024, un 30%) han encontrado un trabajo adecuado a sus necesidades.
El gran reto de la inclusión laboral de las personas con discapacidad
La Fundación Adecco generó el 11,5% de los empleos en empresas ordinarias
La plena inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral es una gran prioridad, dentro de la misión social de la Fundación Adecco. El empleo es el instrumento por excelencia para normalizar su vida, permitiendo a las personas con discapacidad obtener ingresos y ser autónomas, incrementar su autoestima y realización personal, expandir sus redes de apoyo y, en definitiva, equiparar su vida a la del resto de la población.
El modelo de la Fundación Adecco orienta sus esfuerzos a la inclusión laboral de las personas con discapacidad en la empresa ordinaria, considerándola el máximo exponente de inclusión, ya que los profesionales con y sin discapacidad conviven en los mismos espacios y proyectos. Dicho de otro modo, se establecen nexos y proyectos de trabajo, en los que se derriban prejuicios y estereotipos y se normaliza la discapacidad.
En el año 2022, se crearon en España 35 801 empleos en la empresa ordinaria, según datos del SEPE. La Fundación Adecco generó un total de 4145 empleos para personas con discapacidad en este ámbito, es decir, el 11,5% del total.
Y en un contexto en el que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es del 34,6% (es decir, el 65,4% de las que tienen edad laboral no tiene empleo ni lo busca), el trabajo por delante es aún de gran magnitud. En primer lugar, a través del empoderamiento a las personas con discapacidad para que tengan los recursos suficientes para competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral. Y, por otra parte, incidiendo en la labor de sensibilización en los entornos empresariales. Para esta misión, la Fundación Adecco cuenta con un equipo de personalidades referentes en el ámbito de la discapacidad, que llevan la misión social de la Fundación Adecco a las empresas, compartiendo su testimonio para derribar barreras y estereotipos. Actualmente, Pablo Pineda, Desirée Vila, María Petit, Raquel Domínguez, Edu Carrera, Caterina Moretti, Carmen Giménez, David Aguilar, Javi Martín, Avi Mashiah y El Langui conforman el equipo de embajadores de la Fundación Adecco.
Voluntariado corporativo, práctica en auge
Por otra parte, la práctica de voluntariado corporativo también escala posiciones en las empresas, como herramienta para movilizar el talento hacia la plena inclusión de las personas con discapacidad.
En 2022, la Fundación Adecco desarrolló 363 voluntariados corporativos, que reunieron a 1255 voluntarios de 169 empresas para participar en diferentes actividades con personas con discapacidad, que les permitieron interactuar con realidades desconocidas, eliminar prejuicios, falsas creencias y sesgos inconscientes, a la vez que las personas con discapacidad se formaban y adquirían nuevas habilidades.
La formación, trampolín hacia el empleo
En un entorno eminentemente digitalizado, la formación constituye el pilar fundamental para que las personas en desempleo puedan encontrar una oportunidad laboral. Consciente de ello, la Fundación Adecco ofrece a sus personas beneficiarias la posibilidad de adquirir nuevas habilidades y competencias para el empleo, y muy especialmente en el ámbito de las nuevas tecnologías.
El pasado año, la Fundación Adecco formó a 5065 personas para mejorar su empleabilidad, a través de 420 cursos técnicos, 702 talleres de empleo y 18 cursos de formación online.
Cabe señalar que el pasado año se estrenó la nueva plataforma Empleario, un espacio virtual para capacitar a las personas en riesgo de exclusión en áreas estratégicas para el empleo como la programación o la adquisición de competencias digitales. En la misma línea, se lanzó la V edición de becas formativas destinadas a promover la formación cualificada entre estudiantes de grado, máster o FP con certificado de discapacidad.
Un 28% más de inversión social
La inversión social resulta de vital importancia para materializar el proyecto social de la Fundación Adecco, dando respuesta a 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas: fin de la pobreza, igualdad de género, trabajo decente y reducción de las desigualdades. En 2022 se invirtieron 2022 un total de 21 578 851€ en la generación de oportunidades de empleo para las personas más vulnerables de nuestro mercado laboral. Esta inversión supone un 28,6% más respecto a la realizada en el año 2021 y recuperando el ritmo de inversión previo a la Covid-19. El 87,3% de los recursos económicos se dirigen directamente a la misión social, mientras que el 6,8% va destinado a administración y el 5,8% a captación de fondos.