Algo se está cociendo en Mediaset. En las últimas semanas se está hablando mucho de la posible vuelta de Gran Hermano en su versión VIP, es decir, con famosos. Pese a que desde Fuencarral aún no se han pronunciado, su último comunicado apuntan en esa dirección.
El grupo dirigido por Borja Prado ha anunciado una modificación en su Código Ético para aplicar un “protocolo de actuación” aplicable a programas de telerrealidad, como pueden ser Supervivientes o Gran Hermano.
Dicho “protocolo de actuación” no es otra cosa que una referencia al caso de la ex concursante Carlota Prado. La malagueña sufrió abusos sexuales en 2017 por parte de José María López, quien recientemente ha sido condenado a 15 meses de cárcel.
Con esta modificación en su normativa, Mediaset busca evitar que se produzcan casos similares mediante la regulación de la convivencia de los participantes, y la preservación y la garantía de su salud y bienestar. A efectos prácticos, se trataría de hacerle un lavado de cara a un formato que, después de los hechos anteriormente mencionados, no goza de buena reputación.
¿Cómo reaccionará la audiencia?
Gran Hermano siempre fue un programa controvertido. Al margen del lamentable suceso de 2017, que terminó poniendo fin al formato tal como lo conocíamos, lo cierto es que nunca gozó de buena fama. Gran Hermano, no obstante, arrasó entre los espectadores. Fue un éxito rotundo de audiencias, dando lugar a un fenómeno nunca antes visto en televisión.
Sus polémicas, controversias y escándalos dieron pie a sesiones maratonianas donde los directos 24 horas permitían seguir minuto a minuto todo lo que ocurría dentro de la casa de Guadalix de la Sierra. Como no podía ser de otra forma, esta novedosa aunque cuestionable forma de hacer televisión también tuvo muchos detractores, para quienes Gran Hermano era telebasura.
Ese mismo término se asoció más tarde a Sálvame, un programa histórico que desaparecerá en las próximas semanas. La vuelta de Gran Hermano es del todo sintomática. La nueva directiva de Mediaset quiere cambiar radicalmente de modelo televisivo. No obstante, se encuentran con un problema mayúsculo: las audiencias no le sonríen.
¿Cómo encontrar, entonces, ese ansiado equilibrio? Recuperando programas que arrasaban entre la audiencia, pese a todo lo que arrastra. Un paso adelante, y dos atrás. De confirmarse este movimiento, Mediaset regresaría al modelo anterior -que en realidad nunca abandonó- antes siquiera de intentar construir uno nuevo. Y lo haría con un programa que, de funcionar, tendrá que hacerlo de nuevo a costa de “famosos” televisivos sacados del universo Sálvame.
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