“Acabo de mantener un despacho con su Majestad El Rey en el que he comunicado al jefe del Estado la decisión de convocar un Consejo de Ministros esta misma tarde para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de elecciones generales”.
Así, este 29 de mayo, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció que el próximo 23 de julio España volverá a las urnas. Lo hizo de manera sorpresiva, tras una jornada electoral de autonómicas y municipales especialmente dramática para el PSOE y ante el riesgo de más desgaste para su partido. Pero, más allá de la suspensión de la ley del Lobby y otras que estaban pendientes de aprobación, ¿cuáles son las derivadas de este anuncio, vistas desde el sector de los Asuntos Públicos?
Daniel Fuentes, Director Kreab Research, analiza para PRNoticias el panorama. “La derecha ha cambiado el paso, y la izquierda ha perdido el compás”, y así nos lo explica.
¿Qué valoración general hace el equipo de Kreab España sobre los resultados del 28M?
Esperábamos un resultado ajustado en la mayoría de las Comunidades Autónomas, excepto en Madrid y en la Región de Murcia, donde se daba por descontada la victoria del bloque de las derechas. Al final, la balanza se ha inclinado hacia PP y VOX, que podrán gobernar en la inmensa mayoría de las Comunidades, dejando a la izquierda en mínimos. Aunque demoscópicamente la cesión del PSOE no sea contundente, limita su caída con respecto a 2019 a 1,3 puntos, la distribución del poder territorial y la lectura política de estas elecciones son inapelables. Tanto es así, que la reacción del propio presidente ha sido la de adelantar las elecciones generales de manera inmediata. La derecha ha cambiado el paso, y la izquierda ha perdido el compás.
¿Se confirma la tesis de que el 28M sería un ensayo de las generales?
Conviene ser prudentes a la hora de extrapolar los resultados locales a unas elecciones generales. Los intereses y motivaciones en juego no son los mismos, especialmente en un Estado tan descentralizado como el español. La atomización de la izquierda, que ha concurrido fragmentada en múltiples fuerzas, explica buena parte del resultado, frente a una derecha configurada en torno a dos únicas opciones de ámbito nacional. En todo caso, estos resultados envían algunas señales fuertes. Parece claro que el Gobierno de coalición ha recibido un duro castigo electoral. Y que, aunque el peso total del bloque de la derecha y el bloque de la izquierda, más fuerzas nacionalistas y regionalistas, siga más o menos equilibrado, estamos asistiendo a una derechización del electorado.
¿Es la pérdida de los gobiernos de la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Extremadura, Canarias, La Rioja y Sevilla, motivo suficiente para adelantar elecciones, o hay “algo más”?
La pérdida de poder territorial de la izquierda es evidente. El resultado habla por sí solo. Pero, sobre todo, creemos que la lectura es política, no solamente demoscópica. Se asumen responsabilidades y se convocan elecciones para salir del impasse. Parece razonable. Y saludable.
¿Qué estrategia podría estar impulsando este sorpresivo anuncio?
Los partidos políticos con aspiraciones de gobierno tienen una única estrategia, muy sencilla: optimizar resultados que les den la posibilidad de gobernar. Pueden equivocarse, por supuesto, pero lo que persiguen es ser competitivos electoralmente. A veces las grandes decisiones tienen explicaciones más sencillas de lo que pensamos. Entiendo que, en este caso, además, puede querer evitarse un potencial desgaste en los próximos meses, en un contexto de polarización creciente. Estábamos en tiempo de descuento y el árbitro ha pitado el final.
Los resultados del 28M, además de esta primera derivada en el curso político inmediato de España, ¿qué otras derivadas podrían tener, a corto y mediano plazo?
La primera y más sustantiva es el reparto de poder territorial. No olvidemos que se han elegido alcaldes y gobierno autonómicos, con competencias en sanidad, educación, justicia, servicios sociales, etc. Son las administraciones más pegadas al ciudadano en su día a día. La segunda son los equilibrios de poder en la vertebración del país, tan importantes en un Estado como el español. Y, en tercer lugar, la orientación general de las grandes políticas en clave nacional y europea. Hemos asistido a un cambio de rumbo en los últimos años, dentro y fuera de España, favorecedor de la cohesión social, y está por ver hasta qué punto eso tendrá continuidad con la entrada de la extrema derecha en gobiernos locales y autonómicos.
¿España está técnicamente preparada para afrontar unas generales en menos de dos meses y en pleno verano?
Sin ninguna duda. No debería ser un problema técnico, los plazos y procedimientos son sobradamente conocidos. El sistema electoral español está perfectamente engrasado. En este sentido, la democracia en España goza de buena salud.
¿Y lo están los partidos políticos y candidatos?
Deben estarlo. La incertidumbre y la capacidad de reacción forman parte de la vida política. Y más todavía para quienes aspiran a gobernar. ¡Mayores dificultades se encuentran en el ejercicio del poder! Quizás a algunas formaciones les obligue a un esfuerzo mayor, especialmente a aquellas inmersas en procesos de reconfiguración o refundación, como Sumar o Podemos. Pero, insisto, la competición electoral no espera a nadie.
Aunque es difícil visualizar un año electoral como este desde la óptica de los Asuntos Públicos, es necesario: ¿Cómo se ve hoy el panorama político español, al menos, hasta finales de 2023?
Tenemos por delante ahora mismo dos semanas para la configuración de los ayuntamientos, en los que la normativa simplifica mucho el proceso, por lo que los resultados son relativamente previsibles. Las listas más votadas parten con una gran ventaja. La formación de gobiernos autonómicos se podrá dilatar, por dos motivos: primero, por la negociación de los acuerdos de gobierno entre PP y VOX, y segundo porque quizás puedan considerar estratégico postergarlos a fecha posterior a las elecciones generales. Por último, es posible que la formación del gobierno nacional, tras el 24J, lleve su tiempo. No es sencillo armar una mayoría de investidura. Tenemos por delante meses de mucha negociación, acuerdos de gobierno e iniciativas programáticas. Momento de escribir la letra pequeña que, a lo largo de la legislatura, será fundamental.
En este sentido, ¿qué le recomienda a los inversores nacionales y extranjeros que desean invertir hoy en España?
Que velen por sus intereses de manera racional. Si lo hacen, invertirán en España. Porque, pese al ruido mediático y nuestro gusto por los debates polarizados, éste un país que puede hacer gala de estabilidad política, de seguridad jurídica, de cohesión social y de oportunidades de negocio. Además, el ciclo económico acompaña, a pesar de la complejidad del momento internacional. La razón los llevará a querer invertir en España, no tengo dudas.
Seguiremos Comunicando…
