En primer lugar, cabe recordar, que, según las cifras correspondientes a 2022, la sanidad privada da servicio actualmente a 12 millones de usuarios. Según el último informe de la fundación IDIS, que defiende los intereses de este sector de la sanidad, creció un 4% con respecto a 2021 en un momento en el que la sanidad pública no atraviesa su mejor momento. Y es que, la pandemia rompió el modelo existente y a día de hoy no se ha conseguido reparar. Por ello. el presidente de IDIS y del grupo hospitalario HM, Juan Abarca Cidón (Madrid, 52 años), defiende ante los medios que este deterioro no solo no beneficia a su sector, sino que le perjudica.
Según ha afirmado el experto al periodista Álvaro García, “Nuestro propósito no es ser una alternativa a la accesibilidad del sistema sanitario público, sino dar la mejor calidad asistencial que podamos con una experiencia personalizada. Y si nos masificamos, es mucho más difícil personalizar las experiencias. Si la sanidad pública tiene huelgas, listas de espera en primaria, no es que esté expulsando a los usuarios, es que la gente no puede acceder. Esto hace que muchos vayan a la privada, pero con seguros de pocas prestaciones. Consumen una consulta y ya. Lo que a nosotros nos interesa es el proceso completo. Nos interesa la complejidad. Con la masificación perdemos la experiencia y nos baja el margen, así que, obviamente, no nos interesa”.
Y bien, los datos reflejan esta realidad, casi un millón y medio de personas contrataron un seguro de salud privado en España entre diciembre de 2019 (justo antes de la pandemia) y diciembre de 2022, con lo que la cifra total de asegurados supera ya la cuarta parte de la población, el 25,32 %, y asciende a algo más de 12 millones de personas. Debido a esto, “estamos teniendo una masificación en algunas especialidades y en algunas consultas” afirma Abarca.
Al final, como intenta explicar el presidente de IDIS, la Atención Primaria es , actualmente, insuficiente y por tanto, la sanidad privada, “un vaso comunicante muy sensible de lo que psa en la pública” se ve afectado directamente. Aumenta el número de asegurados, pero no se trata de asegurados que busquen un aatención más personalizada sino, siemplemente, que le atiendan. “Hay un 85% de personas aseguradas que utilizan indistintamente la pública y la privada, en la que buscaban una experiencia diferente” afirma a El País el presidente de IDIS.
Pero bien, a día de hoy ¿cuál es el problema que más afecta al SNS? En palabras de Juan Abarca, hay una serie de fuerzas establecidas desde hace 35 años que lastra el cambio. “El principal escollo que tenemos es un modelo laboral con una inflexibilidad que todos conocemos, que prioriza la plaza en propiedad a cualquier otra cosa. El gran problema de la ley de equidad es que Podemos quiere que el modelo por defecto sea la gestión pública directa, sin entes, sin empresas públicas, y eso es un fracaso. Ya no voy a entrar en si es más barato, más caro —que ya te digo yo que más caro—, pero es más ineficaz”
A lo que añade que además, “acaba de salir un informe basado en datos del ministerio que dice que el rendimiento de los quirófanos de los hospitales públicos de gestión tradicional es de 900 intervenciones por año. De los hospitales públicos de gestión privada, 1.500. ¿Nos podemos permitir en este país con 800.000 personas en lista de espera quirúrgica, que los hospitales de gestión pública, que son la gran mayoría, rindan un 50% menos que los hospitales que se gestionan de otra forma? Esto no tiene nada que ver con la ideología. Estamos hablando de la salud de la personas” denuncia.
De esta manera como fiel defensor de la sanidad privada deja claro que en todos aquellos que defienden este modelo, el deterioro del SNS es una gran preocupación. “Que haya seis millones de personas en listas de espera hace que la gente se muera. Porque cuando llegas al diagnóstico es tardísimo. Y luego nos preocupa gravemente porque desde el punto de vista empresarial nos hace perder nuestro sentido, que es una función complementaria para aquel que quiere una experiencia diferente” reitera dejando claro que esa su misión no es hacer de vía de entrada al sistema público,
Perdida de talento
Una situación que además conlleva que muchos profesionales se estén yendo fuera. La caída y el retroceso del sistema recae directamente en sus condiciones laborales. Según denuncia el doctor, “el Sistema Nacional de Salud es la empresa más importante de este país, con 700.000 trabajadores, que tienen sus ventajas, sus prebendas, su plaza en propiedad, que no los puedes forzar en un momento determinado a trabajar más tiempo, no les puedes ni siquiera voluntariamente pagar más por productividad, no los puedes motivar”.
Malas condiciones que no solo se encuentran en la pública y es que, como afirma el periodista Álvaro García, “Los médicos privados están protestando por las tarifas que cobran, dicen que se sienten indefensos porque no tienen capacidad de negociar, que son muy bajas y llevan muchos años estancadas”. Una realidad que Abarca confirma y justifica con el hecho de que, “en el sistema sanitario privado hay más de 50.000 médicos que trabajan por 12 millones de seguros. Porque la gente paga una media de 60 euros; si mañana se pagan 400, en vez de haber 12 millones, hay tres millones, como pasa en Inglaterra”. Pero, aun así,, “si comparas con la pública y divides el sueldo entre los pacientes que atienden, te salen tarifas mucho más baratas que en la privada” remarca el doctor.
En definitiva, condiciones laborales que, en este caso, en ambos modelos, público y privado, se pueden mejorar generando productos más atractivos para los profesionales. “El problema de la atención primaria en este país no es que no haya médicos, es que igual que el sistema expulsa a los pacientes también expulsa a los médicos. Nosotros tenemos que intentar generar entornos atractivos. Por eso cada vez hay más docencia en los hospitales privados, cada vez hay más investigación. Cada vez utilizamos fórmulas más imaginativas para atraer a los médicos” concluye el doctor,
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