“Feijóo desapareció a partir del día 12. Cuando el martes 11 de julio se desayunaron con la prensa destacando claramente que el gallego había ganado el cara a cara de Atresmedia, desconectaron y dieron por hecho que ya estaba todo hecho a su favor”. Así se expresan fuentes populares sobre la ‘desaparición’ de Alberto Núñez Feijóo en la segunda semana de campaña electoral, en la que Pedro Sánchez pisó el acelerador sin que desde Génova, 13 pusieran freno a la subida.
El enfado es cada vez mayor y corre en paralelo a la sensación de que el candidato popular, por mucho que se empeñe, no formará gobierno. Son varios quienes apuntan a que la campaña empezó viciada con el bochorno de ‘Verano Azul’, la imagen impostada de Borja Sémper tras divulgarse el ‘making of’ del spot y el recurso a una marca que quedó marcada como fatua.
Del pico del cara a cara a la cuesta abajo
A pesar de ello, Feijóo consiguió salir airoso del debate cara a cara con Pedro Sánchez organizado por Atresmedia. Los medios hablaron y sentenciaron su victoria del encuentro. Los de izquierdas, y eso fue todo un síntoma, no reconocieron a Sánchez ganador y prefirieron dedicarse a demoler a Feijóo. Señal inequívoca de quién se había alzado con la victoria.
Lo interesante fue que Feijóo se preparó con un equipo integrado por su jefa de gabinete, Marta Varela, mujer de su confianza desde hace años. Pero el ‘expertise’ lo pusieron Esteban González Pons y Miguel Ángel Rodríguez. El resto (Mar Sánchez, Alvaro Pérez, Marcos Gómez, Luis de la Matta…) apoyaron la línea general.
Sin embargo, la victoria del cara a cara indujo a una falsa sensación de que Sánchez estaba ‘muerto’ y el resto era coser y cantar. Pésimo balance, que hizo desaparecer a Feijóo de la campaña. O, al menos, transmitiendo esa sensación. Hay quienes creen que Feijóo y su gente, el ‘clan gallego’, no asumieron que las elecciones eran generales, y no unas autonómicas, en una región tan peculiar como Galicia. “La clave está en lo de Marcial Dorado y en su explicación, de que sólo sabía que había sido contrabandista. La figura del contrabandista es algo muy gallego y muy normalizado. Pero era un error de bulto, en los tiempos en que vivimos, trasladar esa explicación. No hubo nadie -y era de prever que el asunto se emplease- que elaborara un argumentario contundente al respecto para cerrarle el paso al PSOE”, explica otra fuente del entorno popular.
El síntoma Zapatero
Otra muestra más de que las cosas no se han hecho bien es que hasta un expresidente depauperado como José Luis Rodríguez Zapatero se subió a las barbas de Feijóo. Mientras José Miguel Contreras intentaba justificar su ‘cagada’ del cara a cara alegando al carácter de Sánchez, Zapatero salía en procesión de apoyo al candidato socialista.
De nuevo, la Nada. “Si hay alguien a quien hubiera sido fácil placar, ese es Zapatero. Bastaba con recordar cómo ocultó la crisis, difundir su falso pacifismo, señalar sus vinculaciones con el Grupo de Puebla, cómo se plegó a los dictámenes de la UE con aquella imagen, encogido de hombros en el Congreso…”, apuntan. “Se les escapó vivo y encima permitieron que se sobrara con Feijóo”, añaden esas mismas fuentes.
Todo un síntoma en una semana de campaña, la segunda, en la que el candidato popular transmitió la sensación de estar desaparecido mientras Sánchez multiplicaba las apariciones. Ahora, a toro pasado, es fácil verlo. Pero, ¿por qué se llegó a eso? Las respuestas, en otra entrega.
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