En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

LOS SUPERASESORES DE SÁNCHEZ MANDARON UNO DE SUS PEONES MÁS DESTACADO

El ‘Clan Barroso’ asesoró a Rubiales en la RFEF a través de Luis Arroyo

EL PSOE LE QUITA LA RED A RUBIALES Y CAE AL VACÍO

La comunicación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de Luis Rubiales nunca ha sido su punto fuerte. El polémico presidente, cuyo manual de comunicación estaba a la altura del de Jesús Gil, intentó compensar sus carencias contratando a uno de los hombres de Miguel Barroso, influyente directivo de Prisa y asesor del presidente del Gobierno.

Luis Arroyo, miembro del ‘Clan Barroso’ -como se conoce al grupo hermanado en torno a Miguel Barroso, ‘pata negra’ de la comunicación socialista, hombre fuerte del Grupo Prisa y máximo asesor de Pedro Sánchez-, fue contratado como asesor por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de Luis Rubiales. Arroyo, que viene presentándose como experto en comunicación, es uno de los peones más destacados del propio Barroso, al que ha acompañado en diversas aventuras desde los tiempos del zapaterismo.

La labor de Arroyo, según se apuntó en su momento, debía ser encauzar la estrategia de comunicación de Rubiales, cercado ya entonces por diversos escándalos relacionados con su gestión al frente de la RFEF. Por aquel entonces, Rubiales estaba considerado un directivo del fútbol español muy próximo al PSOE y con buena sintonía con el entorno de La Moncloa y el propio Pedro Sánchez.

En este episodio del beso a Jenny Hermoso, hay quienes interpretan buena parte de lo que está sucediendo en una clave política también. Y es que el PSOE ha quitado la red a Rubiales que, según numerosos adversarios del presidente de la RFEF, era lo que le permitió afrontar otros escándalos de forma impune.

¿Cuánto han pesado las recomendaciones del propio ‘Clan Barroso’ en esa decisión?, es la pregunta que se hacen quienes conocen las entretelas de las vinculaciones entre dicho grupo, La Moncloa y Ferraz. “Rubiales es ingobernable. Es el Jesús Gil del siglo XXI. Aquella rueda de prensa del saco de cocaína en el coche o la comparecencia del viernes pasado, demuestran que es imposible montar una estrategia seria de comunicación de crisis, o de control de daños, con él”, apuntan fuentes del sector.

En aquella marejada, antes del asunto del beso, intentó navegar el propio Arroyo, dividido en la actualidad entre la Presidencia del Ateneo de Madrid y las labores de asesoramiento político relacionadas con su servidumbre hacia ‘Cubanino’ Barroso. Algunas de ellas, como la de la campaña electoral del socialismo madrileño, tan frustradas como la de Rubiales. Por el momento, el hombre que presume de limpiar imágenes y trazar estrategias reputaciones anda callado sobre el asunto del beso en sus redes sociales. Se desconoce si continúa manteniendo relación contractual con la RFEF.

El ‘dream team’ de Rubiales

Desde luego, la RFEF anda muy perdida en el tratamiento mediático del asunto, con una ensalada de comunicados, contra comunicados y acciones de dudosa ejemplaridad, como las ‘no declaraciones’ de Hermoso incluidas en una de sus notas.

Tampoco deja de ser llamativo el hecho de que en la RFEF haya personas, de supuesta acreditada profesionalidad en estas cuestiones, que llevan manteniéndose al margen en las polémicas de Rubiales. Es el caso de Marisa González, ex dircom de Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Cifuentes, reclutada por Rubiales como directora de Responsabilidad Social y Sostenibilidad, cuyo silencio y el parón de sus redes sociales desde el pasado mes de julio no han pasado desapercibidos.

Fuentes del PP apuntan que “Marisa se quedó muy quemada y ahora pasa de todo”. Otros, más sarcásticos, recuerdan que a “Cifuentes se la cargaron por unas cremas y a Rubiales por un baboseo”, estableciendo paralelismos. Y la verdad es que Rubiales lleva el mismo camino -salvando las distancias- de Al Capone, que fue pillado por evasión de impuestos tras un completo historial delictivo. En este caso, a Rubiales no le van a torrefactar sus presuntos escándalos, sino el ‘piquito’ a una jugadora.

Hasta ahora, Rubiales había venido escapando de su gestión, que incluyó hasta el fichaje del polémico comisario José Luis Olivera para el Departamento de Integridad y Seguridad de la RFEF. Olivera era, además de exdirector del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, uno de los ‘troncos’ del comisario José Villarejo, lo que le llevó, más tarde, a tener que dimitir cuando el hedor de las cloacas salpicó a la propia Federación.

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