La apuesta de Mediaset en su canal principal para competir con El Hormiguero nace con serios problemas, hasta el punto de que podría hablarse de un “aborto televisivo”. Cuentos chinos no es lo que quería Mediaset, sino lo que le han dejado hacer por no haber otra alternativa.
Tampoco es el proyecto que buscaba La Fábrica de la Tele después de la ejecución -eutanasia, más bien- del moribudo terminal Sálvame. Al final, Mediaset y La Fábrica de la Tele han tenido que juntarse por interés. No quedaba otra.
Cuentos chinos cuenta con Jorge Javier Vázquez, cuya faceta de presentador también está ‘achicharrada’ por su vinculación a algunos de los capítulos más turbios o repelentes de la historia reciente de Mediaset, desde la sordidez de la violación de GH Revolution a las polémicas de Sálvame.
El proyecto ha nacido con serios problemas. No deja de ser el hijo no deseado de Mediaset para competir con un transatlántico líder como El Hormiguero. Pero no es el único problema: el hedor de lo que ha representado Vázquez y La Fábrica de la Tele ha hecho retraer a muchos posibles invitados, topándose con un serio problema que ahora intenta paliar enviando mensajes y poniendo la mejor de las sonrisas.
Al margen de eso, de un lado cae la fortaleza de un proyecto consolidado como el de Motos, mientras que del otro sólo hay dudas que llegan incluso a la propia Mediaset. El grupo de comunicación ha arriesgado, sí, pero obligado por la desesperada situación que sufren desde que Antena 3 le comiese la tostada.
Ahora ya no sólo es la cadena de Atresmedia quien está por encima de Telecinco, pues La 1 le ha dado un sorpasso que muy pocos podían vaticinar cuando TVE también atravesaba una crisis de audiencia similar a la que hoy viven los de Fuencarral.
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