Desde hace años el objetivo de las empresas ha sido siempre conseguir el beneficio más elevado posible para poder así reinvertirlo en su producción. Así fue desde las primeras corporaciones. Sin embargo, ahora, el 70% de la ciudadanía cree “bastante” necesario que las compañías den el paso hacia modelos de negocio más sostenibles y transparentes. Una consideración que se acentúa con las crisis. Fue en 2007, precisamente en el contexto de crisis de Lehman Brothers, cuando se reunieron tres empresarios en Estados Unidos para dar respuesta a esta situación y crear el movimiento B Corp.
Así, en un proyecto empresarial conjunto se percataron de que “los valores ambientales quedaban en un segundo plano a medida que entraban inversores”, fue en ese momento cuando dieron forma a B Corp, que poco a poco se fue expandiendo de manera orgánica por el mundo para identificar a las empresas que cumplen con altos estándares verificados de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad legal. Y, aunque parece que dicha idea trata de alejar el foco del beneficio económico, lo cierto es que aquellas corporaciones que asumen el reto ven crecer sus cifras de negocio el 30%.
Ahora bien, entre las empresas que han adoptado este movimiento los logros son comunes: elevada contratación de proveedores locales (94%), utilización de fuentes de energía renovable (70%) y mujeres en los cargos directivos (84%). Empresas por tanto, altamente responsables que crecieron el 80% en 2022 y que este año se espera que superen las 300. A nivel mundial, las compañías con certificado B Corp ya son 6.300.
No obstante, verificar que una compañía pertenece al movimiento B-corp le corresponde a B Lab, una organización global sin ánimo de lucro que en España se fundó en 2014, y que promueve que las personas utilicen la fuerza de las empresas para impulsar un cambio real en el mundo. “Creamos estándares, políticas y herramientas para que las empresas puedan medir y mejorar su impacto, así como liderar el nuevo paradigma empresarial”, ha explicado en diversas ocasiones Pablo Sánchez, director ejecutivo de B Lab Spain. “Soñamos con que este modelo de empresa responsable se consolide hasta el punto en el que la existencia de B Corp como distintivo ya no sea necesaria”.
Un sello que, cabe destacar, no es fácil de conseguir. Es necesario responder a un largo cuestionario y el aprobado está en 80 sobre 200 puntos. Solo el 2,5% de las empresas consiguen el suficiente y la puntuación media es de 50 puntos. “Es como un parto para las organizaciones de gran dimensión, porque supone un impacto de 360 grados en la cadena de valor, la relación con el medio ambiente y la sociedad y la transparencia”, destacan los expertos. De hecho, las empresas sostenibles han dado un gran salto recientemente con una nueva figura jurídica que las identifica en España, como ya hicieron antes otros muchos países. En este sentido, hace ya casi dos años que entró en vigor en España la ley crea y crece, que incluye las sociedades de beneficio e interés común (SBIC).
Tal y como afirman los expertos en este ámbito, “una empresa debe ser una herramienta para transformar el mundo. A través de su propósito, debe centrar sus esfuerzos en ser parte de la solución a los problemas que se enfrenta la sociedad”. Por ese motivo, es crucial respaldar a las compañías que estimulan una transformación de la economía y del sistema actual. Pero bien, en esta línea también cabe tener en cuenta que sin los consumidores, el resto no valdría de nada. Ellos deben transformar también sus hábitos de consumo.
En definitiva. se puede asegurar que la implicación de las personas y de toda la ciudadanía juega un papel clave si se quiere avanzar hacia un mundo mejor. Con ese propósito, el movimiento B Corp sigue buscando que su labor cale en toda la sociedad. Las acciones de las compañías deben ir de la mano de los ciudadanos y de un estilo de vida más responsable para generar ese cambio real y significativo. Y es que, ser B es tener en cuenta a la sociedad y al planeta en cada decisión que se toma.
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