El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este jueves sus Índices de Cifras de Negocios en la Industria (ICN), correspondientes al mes de julio, en el que se evidencia que el sector farmacéutico experimentó un crecimiento del 6,8% en su cifra de negocios con respecto al mismo mes de 2022. Además, añade que las cifras de negocios de la fabricación de productos farmacéuticos creció un 8,4%, en lo que va de año. En concreto, alcanzó los 155,2 puntos y su repercusión anual en el ICN fue de 0,195.
Cifras que según los expertos indican que estamos ante “un potente tejido industrial con una alta presencia de empresas nacionales y multinacionales que tienen a nuestro país como pieza clave de su cadena de producción. Esto no solo tiene consecuencias positivas para la generación de riqueza y empleo, sino que supone aportar garantías sanitarias, seguridad estratégica y de inversión productiva en el país”.
Ahora bien,el Índice General de Cifra de Negocios en la Industria corregido de efectos estacionales y de calendario presenta en julio una variación del −5,2% respecto al mismo mes del año anterior. Esta tasa es 3,5 puntos superior a la de junio. La serie original del ICN experimenta una variación anual del −5,3%. Esta tasa es 1,7 puntos superior a la de junio.
Además, destaca que el índice de cifra de negocios aumenta respecto a julio de 2022 en cinco comunidades autónomas y disminuye en las otras 12. Los mayores incrementos se producen en Comunidad Foral de Navarra (30,7%), La Rioja (9,4%) y Canarias (7,0%). Y los mayores descensos, en Principado de Asturias (−21,0%), Región de Murcia (−17,8%) y Andalucía (−16,0%).
Un sector estratégico a nivel nacional
Lo que sí siguen dejando claro las estadísticas es qie la industria farmacéutica representa un sector estratégico clave en España desde la perspectiva sanitaria y también desde la económica y la social. Así, la vinculación entre la salud, la economía y el bienestar en su más amplia acepción se traduce también en la aportación de valor de la industria farmacéutica en las sociedades modernas: el liderazgo en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas que son críticos para el cuidado de la salud; el peso industrial de un sector potente en tejido productivo, generación de empleo de calidad, líder en productividad, I+D y exportación de alta tecnología, y la contribución al bienestar.
Además, la inversión en el sector sanitario se ha convertido en un instrumento eficaz para redistribuir la renta y acercar a los ciudadanos a la igualdad real de oportunidades, un instrumento para generar riqueza en un país. Así, según un informe elaborado por Analistas Financieros Internaciones (Afi), un aumento de dos puntos sobre el PIB en la inversión en sanidad elevaría el PIB español en el período 2025-2040 en 427.000 millones de euros, sumando los incrementos de cada año y sin tener en cuenta el valor del dinero en el tiempo.
Y, por último, cabe resaltar que España se ha posicionado entre los países del mundo con mejores condiciones para el desarrollo de ensayos clínicos, aunque todavía hay barreras que deben desaparecer. Estos estudios, además de ser esenciales para lograr un nuevo medicamento, son una oportunidad para atraer inversión internacional al sistema sanitario y por lo tanto al país, pero también son una oportunidad para los pacientes y para el conjunto de la sociedad, puesto que la participación en un ensayo clínico puede ser la única salida para ciertos pacientes graves, y es una vía de mejora de la calidad de la prestación sanitaria.
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